REAL MADRID 7 - SPORTING 1
El Madrid se da un festín
Tres goles de Van der Vaart, dos de Raúl, uno de Robben y otro de Higuaín completan una de las noches más plácidas de Schuster en los últimos tiempos
En el minuto 63 marcó en el Santiago Bernabéu Raúl González Blanco. El capitán recogió el balón en tres cuartos de campo, hizo la pared con Saviola y se la puso por encima a Sergio Sánchez. No fue el primero suyo en una noche cómoda, pero sí fue el que nos recordó al Raúl de siempre.
Se venía buscando la recuperación de Raúl, al menos la anímica. Una rehabilitación que tenía que llegar con goles y para la que el Sporting parecía el rival perfecto que al final fue. Sin van Nistelrooy y rodeado por Higuaín, Van der Vaart, De la Red y Robben, el eterno capitán se vio a gusto en la punta del ataque.
Eso sí, que nadie se lleve a engaño por el resultado final. El Madrid apenas tuvo que pisar el acelerador. Si a este equipo le sobra con su poderosa pegada frente a cualquier rival, tener al actual Sporting delante no es más que la guinda de un pastel goleador al que un niño goloso como este Madrid no iba a renunciar.
De hecho, el comienzo del partido respondió a los parámetros habituales esta temporada. Un equipo parado, como si no tuviera ganas y que da alas a todos sus rivales. Así fue el primer cuarto de hora, igualito que el día del Numancia. Un tiempo en el que el Sporting parecía comerse el campeón e incluso agobiaba hasta hacer subir el runrún de las gradas de Chamartín.
No fue más que eso. Una ilusión que terminó en el minuto 17. De la Red, un hombre consolidado y que cada día es mejor jugador, ofreció un pase interior a un Raúl que comenzaba a activarse. El capitán dio continuidad a la jugada con la cabeza y se la puso a Van der Vaart para el primero.
Ahí comenzó la inercia ganadora y se acabó el imposible sueño que en algún momento había albergado el Sporting. Los holandeses tomaron el mando de las operaciones y se inició el festival. De la Red, otra vez, se la puso a Van der Vaart quien, de espaldas y de tacón, firmó el tanto de la noche.
Apenas cuatro minutos después fue Robben el que se la puso a Higuaín para que retratara por bajo a un Sergio Sánchez que ya estaba convencido de que lo peor estaba por llegar.
Trepidante
Y llegó. La salida de los vestuarios tras el descanso fue trepidante. Al minuto, Van der Vaart dulcificó su toque para que el balón entrara colocadito al lado del poste. Cinco después fue Robben el que se unió a la fiesta con el quinto. Pudo haber hecho el sexto el extremo, pero su disparo lo repelió el larguero para que Raúl inaugurara su cuenta antes de cerrarla con el séptimo, su segundo, el del minuto 63 que nos llevó a todos a época mejores del siete blanco.
Entre medias, el Sporting, Kike Mateo, hizo el del honor para los rojiblancos. Una anécdota para un equipo al que el comienzo de temporada (Sevilla-Barcelona-Real Madrid-Villarreal) se lo ha llevado por delante. 19 goles en contra en cuatro partidos asustan a cualquiera. Para hacérselo mirar.
Y así se fue yendo el partido, el choque que reconcilió a Raúl con su historia y al Madrid con su afición. Todos contentos por una noche aunque el rival no permitiera calibrar el grado de recuperación. ¡Qué más da! Ya habrá tiempo para análisis. Esta noche cayeron siete.