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Yo digo Alfredo Matilla

Del andamio a la UEFA y sin presumir

Pablo Pinillos es uno de los capitanes del Racing y, sobre todo, uno de los hombres más queridos en Cantabria aun no siendo autóctono (es riojano). Se lo ha ganado a pulso. Desde que llegó a El Sardinero en la temporada 2005-06 ha sido fijo en el lateral con Preciado, Yosu, Portugal, Marcelino y ahora con Muñiz. Calidad no le sobra, pero sacrificio y entrega no le falta. Ni profesionalidad. Pini sabe de dónde viene. Se confirmó en Primera con 30 años, hasta los 23 no fue profesional y alternaba los entrenamientos en Calahorra con el andamio. Sí, fue albañil y, como él mismo reconoce, si no fuera por su físico seguiría poniendo ladrillos. Por eso, se ha unido al clan de Munitis y su culto al cuerpo es obsesivo. Tanto que pesa la comida, abolió los dulces y no bebe ni vino. Ejemplar.

Pinillos ha vivido la cara amarga del fútbol y ya no regala nada. En su día fue portada de Interviú junto a sus compañeros-huelguistas del Compostela y propuso un título llamativo al no cobrar su salario: "Caneda deja al equipo en pelotas". Allí lo pasó mal. Le dejaron a deber la ficha y le entregaron un pagaré de 72.000 euros de primas que no cobró y enmarcó. Pablo se retirará dentro de dos años, pero antes quiere disfrutar de la UEFA y desea demostrar que, a pesar de lesionar fortuitamente a Hleb hace una semana, detesta la violencia. Eso sí, es humilde, aunque no se siente inferior a nadie. Mañana se acercará a Ramos y le pedirá su camiseta. Para regalársela al hijo de un amigo, claro.