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El Calderón cambia el sufrimiento por la ola

Nueva goleada del Atlético de Madrid, que mantiene su inercia ganadora y su estado de felicidad a costa de un Recreativo ingenuo, con ganas de jugar al fútbol pero débil atrás y sin capacidad para traducir en ocasiones su buen manejo del balón en el centro del campo. Agüero y Maniche volvieron a marcar, y los dos últimos goles fueron obra de Sinama, que cumplió a la perfección como recambio del lesionado Forlán y ya es Pichichi de la Liga.

<strong>MATRIMONIO CON LA GRADA.</strong> Maniche volvió a marcar y se ha renconciliado de forma definitiva con la afición del Atlético.
MATRIMONIO CON LA GRADA. Maniche volvió a marcar y se ha renconciliado de forma definitiva con la afición del Atlético.AS

En el minuto 35 de la segunda parte, el Vicente Calderón hacía la ola y la grada era una pura sonrisa de oreja a oreja. El Atlético de Madrid vive instalado en un estado de felicidad que amenaza con perpetuarse y convertir a los colchoneros de forma definitiva en aspirantes al título de Liga. El golpe de Valladolid quedó sepultado por la exhibición en el regreso a la Champions, y la visita del Recreativo sólo sirvió para probar que los de Javier Aguirre están en estado de efervescencia, se divierten y divierten, y sacan brillo a sus victorias con marcadores abultados. De hecho, el 4-0 va camino de convertirse en marca registrada de la casa de la ribera del Manzanares.

El Recreativo fue el siguiente en abonarse al cuatro en su casillero, y lo cierto es que los de Zambrano no hicieron demasiado por poner freno al estado de euforia de su rival. Su propuesta fue generosa porque buscó tocar el balón y jugar al fútbol, pero se le olvidó de transformar en ocasiones sus buenas intenciones con la pelota, personificadas en jugadores de toque como Camuñas, Jesús Vázquez, Sisi y, sobre todo, Colunga. Sin Heitinga, Coupet y Ujfalusi se bastaron en las escasas ocasiones en las que los onubenses rondaron el gol. El portero francés salió muy bien con los pies en la mejor de ellas, ante el insistente Colunga. Era el minuto 40 y el Atlético había cometido el pecado de no cerrar el partido y bajar una marcha en su juego tras un inicio desbocado. Quizá tuviera que ver con su actual estado de confianza incluso irreflexiva. Quizá con el esfuerzo de su brillante partido ante el PSV.

Agüero acaba con el síndrome europeo a las primeras de cambio

El miedo a que el partido de la Champions pasara factura duró 8 minutos. Los que tardó el Kun Agüero en poner música de gol al juego de su equipo, rápido y sugerente, dejando jugar al Recre y volando sobre el área rival a la mínima ocasión. No quiso Zambrano reforzar la media y permitió el caldo de cultivo perfecto para la medular rojiblanca, destapada hasta el descaro: Maxi y un brillante Simao se incrustaban en el ataque y Maniche se soltaba constantemente en esas arrancadas anárquicas que, cuando todo funciona, ponen en pie a la grada. Raúl García se quedaba sólo pero se bastaba para controlar a los medios rivales y soltar unos cuantos de sus brillantes pases largos.

Agüero y Maniche, Maniche y Agüero, escenificaron otra vez todo lo bueno del Atlético en la primera parte. El Recreativo se abstuvo de defender las jugadas a balón parado. En la primera, el Kun, sólo en el interior del área, marcó con un precioso remate de cabeza, marcando los tiempos y demostrando que no hay suerte que le sea desconocida de entre todas aquellas que conducen a la red de la portería rival. Sinama, eléctrico como sustituto del lesionado Forlán, bloqueó al único defensa que mostró interés por frenar la jugada. Hasta el descanso, otra acción a balón parado terminó con otro gol del Kun, este anulado por posible falta previa. Y en la reanudación, después de algunos minutos de, otra vez, estéril control del Recreativo, llegó el golpe final, en un balón sacado desde la esquina que terminó al borde del área, donde Maniche lo mandó a gol con un remate seco y raso. El Calderón exteriorizó a lo grande su reconciliación con el portugués, que está en un momento de forma sensacional. Como Simao, como Ujfalusi, por supuesto como Agüero... y como Sinama.

De sustituto de Forlán a Pichichi de la Liga

Con 2-0, el Recre entregó definitivamente la cuchara y Javier Aguirre permitió descansar a Agüero, Simao y Maniche, los mejores hasta entonces. El interés del partido se centró entonces en ver algunos destellos de Banega, que sigue apuntando buenas maneras, en aplaudir la calidad y el entusiasmo de Miguel y en comprobar cómo Sinama hacía suya la noche. El delantero cerró la goleada con los dos últimos tantos, y no sólo se coloca como Pichichi de la Liga sino que ratificó que su fichaje es un gran acierto como tercer delantero del equipo. La lesión de Forlán le entregó la titularidad y aprovechó cada segundo con todas sus virtudes: velocidad, descaro, verticalidad. Redujo sus habituales imprecisiones al mínimo y, si en la primera parte entró constantemente en juego, en la segunda se encumbró primero al remachar una gran jugada de Miguel y, con el partido casi acabado, con una elegante acción individual con regate y remate dentro el área.

El Atlético se apunta otro 4-0 y ya tiene 6 puntos. Y, sobre todo, va dejando mensajes positivos a todo el que le quiera escuchar, gritando al viento su renovado espíritu. El calendario a medio plazo servirá para comprobar si el equipo de Javier Aguirre despega de forma definitiva, pero ahora mismo nadie le puede discutir su condición de aspirante. Su ataque es todavía más temible que la temporada pasada; su gran estrella, Agüero, madura a pasos agigantados y sin límites a la vista, y por fin parece un equipo al que no es fácil marcar goles. Por eso los partidos agónicos de la temporada pasada se han convertido, en el inicio de esta, en goleadas plácidas y en olas en la grada del Calderón.