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Copa de la UEFA | Racing 1 - Honka 0

El Racing deja viva a su presa

Pereira, autor del solitario gol. El Honka se libró de una goleada. Todo pendiente para el 2 de octubre.

Los jugadores del Racing celebran el gol
Los jugadores del Racing celebran el gol

E l resultado del debut cántabro en Europa no puede ser más engañoso. El Racing dominó a su rival de principio a fin. Tanto como unos días antes lo había hecho el Barça con él. Los de Muñiz fueron a la fuente más de una decena de veces pero sólo Jonathan Pereira rompió el cántaro tras tanta insistencia. Su gol, fruto de una jugada preciosa entre el debutante Edu Bedia y Juanjo, podría saber a gloria pero a estas horas se antoja escaso por los méritos de uno y otro equipo y, además, deja la eliminatoria abierta para la vuelta de Helsinki (Finlandia), que se disputará en un terreno de césped artificial el 2 de octubre. Qué miedo. Qué frío. Qué injusto.

Serrano y Garay fueron los únicos racinguistas que repitieron del once del Camp Nou pero el resto, lejos de parecer suplentes, mejoraron a los titulares. Una lectura que, guste o no, da la razón a Muñiz porque ayer demostró que aún no hay fijos y meritorios y, añado yo, que con Pinillos, Marcano y Colsa en la lista o con Tchité y Munitis en el equipo tampoco se hubiera sentenciado al Honka. Para ello habría que haber convocado a la suerte. Ella sí fue la verdadera ausente.

Luccin fue uno de esos jugadores que ayer brilló con luz propia. Pero Edu Bedia y, sobre todo, Serrano, Juanjo y Pereira no se quedaron atrás. A ver quién es capaz de sentar a alguno de estos el domingo contra el Madrid. O mejor, a ver qué jugador se atreve a mejorar lo que hicieron estos anoche.

Porque el Racing jugó como los ángeles en varias fases del partido. Y no lo hizo mejor porque anduvo cojo. La banda derecha no estaba confeccionada para atacar. Oriol, todo pundonor, no es válido para recorrer el carril derecho. Sólo es apto para defenderlo, y con garantías, mientras que a Gonçalves lo disfrazan de interior cuando su traje preferido es el de ariete. El portugués lo intentó pero no tiene la velocidad suficiente para desbordar. Por eso huye al centro. Ése fue el único error táctico del partido porque el solitario gazapo defensivo del minuto uno se encargó el árbitro de maquillarlo: señaló una falta sobre Oriol tras un salto de Hakanpäa que finalizó en gol.

Rival arrollado.

El Honka sólo dio señales de vida entonces y el resto del partido únicamente se agazapó. La calidad de sus jugadores tan sólo le daba para despejar. Crónicamente corrieron detrás de su marcador. Menos mal que Peltonen, su portero, evitó una goleada e hizo posible con sus numerosas estiradas que su equipo aún siga coleando a estas alturas.

Serrano fue el que más veces se topó con él. El catalán lo intentó desde todas las posiciones y de diversas maneras, mostrando su mejor cara en mucho tiempo. Luccin y Bedia le permitieron pasear sus mejores atributos porque ambos pivotes volcaron el juego del equipo a su parcela de manera inteligente. Pero hablando de listos, destaquemos a Juanjo. Jugó bien de espaldas y mejor a dos toques. Pronunció sus virtudes y sabe esconder sus carencias. El de Ontaneda se fue a la ducha exhausto tras exprimir su perfecta conexión con Pereira, un atacante que sobresale porque piensa un segundo antes que los demás, corre unas décimas más que el resto y tiene más calidad que ninguno. Él dio el pase del gol a Juanjo ante el Sevilla. Él mismo empató en Barcelona y, cómo no, él puso en ventaja al Racing en esta UEFA con un tanto que entró picado y de manera sutil tras una asistencia de Juanjo. Un gol para la esperanza que no debe hacer dudar, sino animar a sacar hoy mismo un vuelo. Destino Helsinki. Objetivo: rematar la faena.