El Oporto comenzó arrollador, gracias al festival ofensivo protagonizado por los argentinos Mariano González y Lisandro López y el uruguayo Cristian Rodríguez.

Este tridente, asistido por los centrocampistas portistas Lucho y Raúl Meireles, fue una pesadilla para la defensa turca, que no pudo contener el fulgurante juego de los portugueses durante la primera media hora.

Los hombres de Luis Aragonés no daban señales de vida y, en una jugada de banda a banda, Lisandro remató a las redes un magnífico pase de Raúl Meireles a los diez minutos de juego.

La conexión latinoamericana volvió a funcionar tres minutos después, cuando el argentino Lucho remató a gol desde fuera del área después de un pase de Cristian Rodríguez.

El Oporto vivía muy tranquilo y el Fenerbahçe empezaba a inquietarse, hasta tal punto que el brasileño Roberto Carlos se ensañó, fruto de la impotencia, en una dura entrada con Cristian Rodríguez.

Sin embargo, el conjunto de "El sabio de Hortaleza" despertó en una internada de Boral que culminó con un gol del español Dani Güiza, quien se aprovechó del rechace del portero luso, tras un remate del brasileño Álex. Tras el tanto, los hombres de Luis durmieron el partido y pasaron a controlar el centro del campo, gracias el buen papel del chileno Maldonado y de Álex.

El Oporto comenzó el segundo acto con fuerzas renovadas y desaprovechó varios regalos de una mediocre defensa turca, de la que solo se salvó el uruguayo Lugano.

El extremo Mariano desbordó más de una vez a un envejecido Roberto Carlos, que estuvo mejor en ataque que en defensa.Con el paso de los minutos la escuadra de Jesualdo Ferreria perdió gas y el medio del campo del Fenerbahçe empezó a carburar.

Maldonaldo, omnipresente, conectó a menudo con la banda izquierda, en la que Roberto Carlos estuvo muy participativo y realizó varios centros peligrosos.

En los últimos diez minutos del encuentro, el equipo de Aragonés apretó con una doble oportunidad del goleador español Dani Güiza, que a punto estuvo de conectar dos centros envenenados.

El argentino Lucho contestó a los turcos con un chute casi desde la medular, que salvó el guardameta Demirel.

En el descuento, el recién incorporado Lino se aprovechó de una jugada de raza del rumano Sapuranu y anotó el gol de la tranquilidad que hacía justicia al esfuerzo del Oporto.