El Bremen no puede con la muralla plantada por el Anorthosis

El Werder Bremen no logró superar hoy la muralla defensiva planteada por el Anorthosis chipriota y no pasó de un decepcionante 0-0 en casa en su primera presentación en la Liga de Campeones que hizo que el club alemán fuera silbado por su propio público.

El partido resultó seguir el esquema que todo el mundo esperaba: un Werder Bremen que llevaba la iniciativa y jugaba al ataque y un Famagusta defendiéndose y buscando posibilidades de contragolpe.

Hacia adelante, lo más interesante que mostraba el Famagusta eran los desbordes del portugués Paulo Costa por la banda derecha que con su velocidad le dio algunos problemas a Peter Boehnisch.

La mayor parte del tiempo, sin embargo, el balón estaba en la mitad cipriota y el Bremen buscaba fórmulas para llegar a la portería contraria. En el minuto 15 el peruano Claudio Pizarro tuvo un ocasión, remató desviado a seis metros de distancia. Luego, otra vez Pizarro, tuvo otra oportunidad en el 24 con un cabezazo que resultó muy débil.

Pese a esas ocasiones, la llegada no era fácil ante un Famagusta que bloqueaba el área y, además, jugaba bien al fuera de juego en el que el Bremen caía una y otra vez.

Las virtudes que el partido exigía del Bremen eran ante todo paciencia y perseverancia. El Bremen tenía el balón y jugaba en la mitad contraria pero los minutos pasaban y el gol no llegaba. La ocasiones más claras durante los primeros 45 minutos estuvieron en los pies de Pizarro pero el peruano no parecía tener su noche a la hora de definir.

La situación era peligrosa para el Bremen y al comienzo de la segunda parte -en el minuto 50- hubo un momento de alarma con una gran ocasión para Famagusta: el recién ingresado Taher disparó dentro del área y el meta Tim Wiese tuvo que salvar con una buena parada.

La ocasión de Taher hacía pensar en la vieja idea de que el que no hace goles los ve hacer. Pese a que el Bremen seguía presionando, ya pasado el minuto 50 empezó a haber algunos síntomas de desesperación y de impaciencia.

El entrenador, Thomas Schaff, sacó del campo a los delanteros con que había empezado -al sueco Markus Rosenberg porque sus discusiones con el árbitro lo tenían al borde de la expulsión y a Pizarro por su mala puntería- y dio paso al marfileño Boubakar Sanogo y al portugués Hugo Almeida.

Almeida y Sanogo también tuvieron sus ocasiones y también las desperdiciaron. La última la falló el marfileño prácticamente en el último instante del descuento con lo que selló el mal comienzo del Bremen.