Primera | Mallorca 1- Osasuna 1
Portillo aguó al Mallorca
Aduriz abrió el marcador y el rojillo empató en el 84'
Se temía un partido bronco en Son Moix por aquello de que la afición empieza a estar más que harta de que se hable más de la posible venta del club que de la marcha del equipo. Pero el fútbol terminó aparcando los problemas extradeportivos. Ayudó el que Vicente Grande decidiera no pasarse por el Ono Estadi, temiendo quizás una nueva reacción hostil del público. Sí estuvo, sin embargo, el probable comprador del club, el empresario inglés Paul Davidson.
Manzano, que ayer cumplía su 150º partido oficial con el Mallorca, intentó desde el principio agradar al máximo a su afición. El recuerdo demasiado reciente del 3-0 encajado en la primera jornada ante el Valencia escocía aún en la grada. Por ello el jiennense optó por hacer varios cambios en el once incial respecto al de Mestalla y sentó en el banquillo a Ramis, Arango y Trejo.
El técnico bermellón sorprendió con la inclusión en el once inicial de uno de sus fichajes estrellas, el delantero Aritz Aduriz. Éste no tardó en levantar al público de Palma, que empieza a ver en el vasco al sucesor natural de Dani Güiza. Aduriz fue el bálsamo perfecto para la afición del Mallorca. En Bilbao siguen llorando su marcha. Ayer se pudo ver por qué. Un cuarto de hora fue lo que tardó el donostiarra en adelantar al Mallorca en el marcador, tras recibir un pase de Mario Suárez.
Antes del gol de Aduriz, en el minuto 6, Nekounam había mandado el balón al larguero. El 1-0 recordaba a los rojillos su mal fario en los últimos partidos disputados en la isla. Los tres encuentros que había jugado hasta ahora Osasuna con Ziganda en el banquillo en Son Moix (dos de Liga y uno de Copa) se habían saldado con tres derrotas.
Dupla iraní.
Pero el destino parecía estar ayer del lado de Osasuna. La marcha de Ezquerro del terreno de juego, debido a unas molestias, dio entrada a Masoud, una circunstancia que acabó siendo providencial en el juego de Osasuna. Y, cosas del destino, la dupla iraní Masoud-Nekounam funcionó a tope de revoluciones. Uno y otro no pararon de poner en apuros al meta Moyá. El engranaje rojillo estaba dispuesto en el campo con el firme propósito de presionar y conseguir, de entrada, el empate. Pero pese a todo, el gol de Osasuna no terminaba de llegar. Ya por entonces Manzano había decidido dar entrada a Arango en el 59', y más tarde, en el 75', a Trejo. Pero la pizarra de Ziganda reaccionó con rapidez y a la falta de gol, el técnico rojillo respondió con la entrada de Portillo. Y tuvo que ser el ex madridista, que sustituyó al canterano Kike Sola, el salvador de Osasuna. Con el partido en sus últimos minutos, Portillo apareció en el 84' desde atrás y batió a Moyá de un zurdazo. Son Moix enmudeció y Osasuna se salvó en el último suspiro.