Primera | Barcelona 1 - Racing 1
Guardiola no encuentra la fórmula
El Barça, que fue mejor mereció una victoria que se le escapó en un despiste a balón parado. Messi y Jonathan Pereira anotaron los goles. Guardiola, con un punto en dos jornadas, protagoniza el peor arranque liguero 'culé' desde 1973.
Antes de comenzar el encuentro, primera sorpresa. Guardiola demuestra que no le da miedo tomar riesgos y mete de golpe a cinco jugadores que se estrenan en liga como titulares, dos de ellos, canteranos con poca experiencia. La apuesta, como siempre en esto del fútbol, sería juzgada a tenor del resultado, y deja además la doble lectura del posible castigo a Touré y la ya clara falta de confianza en un Bojan que no tuvo demasiado desgaste en su experiencia internacional.
El Barça pasó muy pronto a jugar con un sistema más ofensivo. Línea de 3 atrás y Alves aumentando el número de jugadores en el mediocampo. El recorrido del brasileño permite estos lujos, atacar con uno más y no perder efectivos en defensa. Aún así, el lateral sigue sin ser ni de lejos el todoterreno del Sevilla, entre otras cosas, porque no tiene un Jesús Navas con el que intercambiar papeles metódicamente.
El Barcelona fue engañoso dueño de la primera mitad. Tuvo el balón, lo movió con mayor o menor criterio según las fases del juego, siempre con un punto de velocidad menor al deseado y sin crear ocasiones claras de gol. En defensa no tuvo apenas trabajo. El Racing apostaba escandalosamente por llegar al descanso con el marcador inalterado para que el paso de los minutos jugara a su favor y tenerlo más fácil a la contra. A su manera, tomaba también riesgos López Muñiz.
Ante el muro cántabro, el Barcelona se mostró como un conjunto falto de ideas. Sergio Busquets tuvo un comienzo prometedor, metido en el choque y distribuyendo bien, y Pedrito (como se le conoce desde que golpeaba el balón en La Palmera, para que cambiar) fue de menos a más y según cogía confianza fue dejando destellos de su gran clase. El que no estuvo tan acertado fue Hleb, un tanto desubicado. Para colmo, el bielorruso tuvo que ser sustituido en el minuto 38 por Andrés Iniesta tras una entrada de Pinillos. El poco público que se dio cita en el Camp Nou se iba impacientando con el paso de los minutos, y Keita, con un disparo lejano en el 28 fue el único en dar un 'serio' aviso a Toño. Por el momento Guardiola perdía la apuesta.
Despiste defensivo y tímida pañolada
El Barcelona tuvo un prometedor arranque en la segunda mitad. Al poco de reanudarse el choque, Alves tuvo la ocasión más clara del Barça en lo que iba de encuentro. Era la primera vez que el brasileño abandonaba la línea de cal. Iniesta, en la izquierda, daba otro ritmo al juego 'culé'. El manchego encaraba y buscaba la portería rival con el descaro que había faltado en la primera parte. En una de sus internadas se pidió un penalti cuanto menos dudoso. Poco después, Xavi avisó con un disparo lejano.
Los acontecimientos, ahora sí, se producían de forma vertiginosa. Pedrito estuvo a punto de adelantar a los locales tras rematar un pase, como no, de Iniesta, pero los reflejos de Toño salvaron la situación. A continuación, Guardiola daba entrada a Messi, recibido como un héroe por el respetable, que respondía con aplausos a las críticas de Maradona.
Tras un pequeño parón, por entrada de Serrano que a punto estuvo de dejar fuera de combate el tobillo de Alves, el Barcelona continuó con su acoso y derribo. El gol era cuestión de minutos, no quedaba otra. Con casi todo su arsenal sobre el césped, los azulgranas eran ya imparables, y sólo la suerte estaba salvando a los visitantes. Por un momento, el marco del Racing pareció un sketch cómico al que sólo le faltaba la música de Benny Hill, con el balón paseándose constantemente ante la portería Toño pero siempre esquivando la red, y con el guardameta como protagonista. Tanto fue el infortunio barcelonista, que el ansiado tanto tuvo que llegar de penalti, cometido por Christian, al tocar el balón con la mano, y transformado por Messi.
Todo parecía perfecto. El Barcelona había jugado bien y con la entrada de sus estrellas estaba machacando al rival. Todo apuntaba a que los de Guardiola sólo tendrían que sentenciar para sumar sus primeros tres puntos en esta liga. Más que nada por lo poco que había ofrecido el Racing, esto es, nada. Pero los acontecimientos discurrieron por un camino bien diferente. Tras el tanto el Barcelona tuvo un breve momento de relajación, y esto resultaría fatal. En un acercamiento aparentemente sin especial peligro, Puyol empuja a Munitis. La falta es sacada por Garay flojo y mal, peor el esférico es desviado por Jonathan Pereira y termina en el fondo de la portería de un Valdés que juraba en hebreo.
Tras el tanto, y con 13 minutos de margen, un cariacontecido Pep Guardiola recurría a Bojan, al que dejó su lugar Puyol. Las opciones ofensivas no sólo no aumentaron con la entrada del nueov internacional español, sino que a punto estuvo Pereira de anotar el segundo al quedarse sólo ante Valdés. De ahí al final, el menudo delantero santanderino fue un auténtico quebradero de cabeza para la zaga de un Barcelona que vio como aparecían los primeros pañuelos en la grada del Camp Nou. El pitido final deja al Barcelona con un solitario punto en su casillero, el peor arranque en Liga desde 1973, y las primeras dudas sobre la metodología de Guardiola.