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Valladolid 2 - Atlético 1

El Atlético naufraga contra diez

El Real Valladolid doblegó al Atlético de Madrid en un partido marcado por la enérgica salida de los locales y la falta de recursos de los madrileños que no supieron aprovechar la inferioridad numérica del rival durante más de setenta minutos.

<b>AGÜERO NO BASTÓ.</b> La presencia de Agüero en la segunda parte no pudo impedir la derrota del Atlético.
AGÜERO NO BASTÓ. La presencia de Agüero en la segunda parte no pudo impedir la derrota del Atlético.Reuters

Un fallo de Gregory Coupet permitió a Vivar Dorado marcar a los dos minutos tras un centro sin veneno alguno de Alvaro Rubio. La salida del guardameta francés fue un regalo y el Valladolid, que entró al partido mucho más intenso lo agradeció.

Los de Mendilibar acorralaron inicialmente a un Atlético que salió despojado de su traje de líder y asistía desolado al arranque furioso de su rival. El 1-0 era la consecuencia lógica de la diferencia de intensidad.

Tampoco hubo noticias de los rojiblancos en ataque en la primera fase de partido. Sin Agüero ni Forlán, el Atlético suele encogerse en ataque como una camiseta de algodón al pasar por la lavadora, aunque hay que reconocer que esta temporada hay un suplemento de garantías, el francés Sinama Pongolle. Eso que gana Aguirre a la hora de plantear las rotaciones.

El partido se equilibró cuando la batalla del medio se perdió en imprecisiones y peleas sin sentido. Faltaban ideas y en el Valladolid faltaba también García Calvo. Su ausencia generó añoranza tras la expulsión de Pedro López por dos tarjetas amarillas tan absurdas como justas (min. 20).

Hubo una fase de desconcierto local en la que se echó en falta al central madrileño, que al margen de ser el jefe de la zaga es la prolongación de Mendilibar sobre el terreno de juego. Su colocación y su aporte racial son condiciones difíciles de suplir en un equipo con la etiqueta de modesto y que, además, hoy estaba condenado a jugar setenta minutos con diez.

El partido ya parecía del Atlético de Madrid cuando una jugada aislada lo cambió todo. Entre el colombiano erea y el brasileño Assuncao agarraron a Vivar Dorado dentro del área y el penalti lo convirtió, impecable, Javier Baraja (min. 27).

El Valladolid se vio ganando 2-0 y con uno menos. Eso le "enchufó" aún más, pero entonces sobrevino una fase de dudas en defensa, donde nadie acertaba a poner orden. Sin embargo, de problemas defensivos también sabía hoy un Atlético que sufría, y mucho, a balón parado. Su anarquía es un lastre y, sobre todo, un problema que Aguirre debe solventar cuanto antes.

Para la segunda parte le quedaba al entrenador mexicano una bala en la recámara, el argentino Sergio Agüero, y se agarró a ella. Cansado o no, el "Kun" marca diferencias y decanta partidos, aunque su salida parecía que no iba a tener efectos balsámicos hasta que apareció para transformar en gol un rechace de Asenjo (min. 54).

En el Valladolid apareció el miedo y aunque se aplicó en la tarea de defender ya nada fue igual. El partido era un ir y venir. La salida del argentino "Pichi" Escudero complicó a Coupet, sobre todo en una notable acción individual (min. 62), pero el Atlético también amenazaba.

Con el Real Valladolid cansado, los madrileños tuvieron ocasiones y pudo pasar cualquier cosa, pero no pasó nada. Todo permaneció como estaba (2-1) y el partido no dejó buenas sensaciones para el Atlético.