El principio de Guardiola se parece mucho al de Rijkaard

Primera | Barcelona

El principio de Guardiola se parece mucho al de Rijkaard

El principio de Guardiola se parece mucho al de Rijkaard

enric fontcuberta

El cambio de técnico culé es más aparente que palpable

No son tantas las diferencias entre la forma de dirigir al Barcelona de Pep Guardiola con respecto a su antecesor, Frank Rijkaard. En el debut del equipo en la Liga, ante el Numancia (1-0), hay un dato que sorprende, y es que después de cinco fichajes y una inversión de 89 millones de euros, en el equipo titular se repitieron siete nombres respecto del que utilizó Rijkaard cuando comenzó la Liga 2007-08, con un empate (0-0) en Santander. Sólo cuatro futbolistas, y que ya no están en el club, quedaron al margen.

Pero lo peor son los aspectos del juego: queda pendiente abrir el campo con extremos, dotar a los laterales de profundidad, que Messi se convierta en Ronaldinho y que la posesión genere ocasiones de gol.

Mismos 'cromos'. Nueve rostros repetidos

Vald Zambrotta (Márquez), Oleguer, Thuram, Abidal; Xavi, Touré (Deco), Iniesta; Messi (Henry), Etoo y Ronaldinho. Hace un año que el Barça presentó esta alineación en el debut liguero, en Santander. Con respecto al día del Numancia, sólo han cambiado cuatro cromos, y porque ya no están en la plantilla: Ronaldinho, Oleguer, Thuram y Zambrotta. De los cinco fichajes (89 millones de euros), sólo Daniel Alves entró entre los once titulares.

Debut gris. Alves y Abidalno son profundos

El fichaje más caro (35 millones), Alves, tuvo un debut gris. Cada vez que subía encontraba un atasco que le obligaba a recortar hacia adentro, lo que restaba profundidad al juego ofensivo del Barça. Sus pocos centros resultaron predecibles, porque caían de frente, fáciles para el despeje de los centrales del Numancia. Por el otro lado, Abidal apenas si pasó de mitad de campo, lo que no redundó en seguridad defensiva: Mario marcó a placer.

Sin extremos. Messi y Henry no desbordan

Uno abandona la banda para intentar maniobrar por adentro y el otro, aunque lo intenta, no está en condiciones de irse por habilidad ni por velocidad. Messi puso de los nervios a Guardiola en Los Pajaritos con su tendencia a driblar por donde más rivales había (un Numancia con dos líneas de hasta nueve jugadores bien apretadas), mientras que Thierry Henry sólo consiguió irse una vez del lateral Juanra en una carrera por la izquierda, que acabó con su único disparo a portería.

Poca pegada. La posesión no asegura nada

El Numancia disparó una vez entre los palos y ganó el partido, con una posesión de apenas un 30 por ciento. El Barça, dueño del balón el tiempo restante, no supo moverlo con velocidad, lo que facilitó la labor defensiva rival. Y aunque llegó unas cuantas veces hasta Juan Pablo, careció de pegada unas veces y de puntería otras. No encontró variantes tácticas para superar el vallado numantino, ni siquiera a balón parado. Un libre directo de Messi, al poste, fue el saldo.