EE UU vuelve a Cuba 61 años después

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EE UU vuelve a Cuba 61 años después

EE UU vuelve a Cuba 61 años después

61 años después, una selección absoluta de fútbol de Estados Unidos vuelve a Cuba. Aterriza hoy y juega el sábado, por la clasificación para Suráfrica 2010. El embargo comercial y la ya prolongada tensión política entre Castro y el país más poderoso del globo convierten la visita yanqui en un acontecimiento mundial.

Cuando se celebró el sorteo de la fase de clasificación para el Mundial, grupos centro y norteamericano, las bolas de la FIFA no estaban calientes. O quizá fuera la Mística Cubana, ese intangible mágico que nos asalta el alma cuando paseamos por El Malecón, la que propició que, 61 años después, la selección de soccer de Estados Unidos tuviera que viajar al lugar más prohibido para los yanquis: Cuba. Un país al que "la nación de la libertad" mantiene su inexorable embargo comercial, turístico y económico desde 1962, poco después del triunfo de la Revolución de Castro. Esta tarde, EE UU aterriza en La Habana. El partido se celebra el sábado.

Nunca desde 1947 una selección absoluta yanqui había pisado suelo hostil, y en ese último y único precedente ganaron los locales por 5-2. Ahora no se espera tal resultado, la diferencia de calidad entre ambos equipos no lo permitiría, pero Cuba luchará. Lo avisa el central Danny Quintero: "Nuestra motivación se agranda contra EE UU. Perder con ellos sentaría muy mal al pueblo". Se juega mucho más que a un balón, un resultado o una clasificación por la que (hace unos días, Cuba perdió 1-3 contra Trinidad y Tobago) nadie da ya un duro. Se trata de venganza, de casi una guerra. De honor.

Los estadounidenses lo saben. Tienen miedo, y ganas de apaciguar los ánimos. Así templa gaitas la estrella estadounidense, Landon Donovan: "No quiero hablar de política. Nosotros nos dedicamos a jugar al fútbol. Cuba es un país bonito. Conozco a varios cubanos y son gente educada. Creo que va a ser hasta divertido..."

¿Divertido? No pretende eso el aparato propagandístico cubano, que prepara al partido con importancia de Estado. El fútbol es un deporte despreciado en la Isla, la selección apenas concentra a 3.000 o 4.000 personas en otros partidos, pero contra EE UU el estadio Pedro Marrero se llenará. Ya no quedan entradas.

Los americanos han entrenado cuatro días en Miami, intentando hacerse al son de Cuba mientras corren con Café Cubano, como si aquella ciudad de rascacielos solitarios, oro y exiliados tuviera algo que ver con los zapatos descalzos y las camisetas roídas que se ven junto a los Leones del Paseo del Prado, con las apreturas económicas a la que los cubanos siguen condenados tras medio siglo de embargo estadounidense. EE UU lleva seis meses organizando visados y logística, intentando bunkerizar a su equipo frente a lo que consideran un ambiente más que hostil, peligroso. Más de la mitad de su expedición está compuesta por agentes y diplomáticos, 40 de ellos por apenas 20 futbolistas.

Hasta el Departamento de Estado ha prohibido a su ciudadanos que viajen a Cuba durante estos días (ya resulta difícil, en cualquier otra fecha), así que sólo habrá un color en la grada. Todos cubanos, ante el mayor enemigo del Comandante Castro: Estados Unidos.

El fútbol no interesa en la Isla

Para el común de los cubanos, el fútbol es una vanalidad, un entretenimiento de sobremesa. Cuba es el país del béisbol, orgullo nacional y afición mayor del Comandante Castro. Aunque es amigo de Maradona, que ha permanecido largas temporadas en la Isla, ha sido Fidel el que no ha ayudado, más bien ha torpedeado, la repercusión del fútbol en el país, por considerarlo "imperialista". Tampoco antes de la llegada de Castro al poder el fútbol había significado mucho en la vida deportiva de Cuba. Actualmente existe una sola división, de quince clubes sin solera. Y la selección apenas luce: sólo una vez se clasificó para el Mundial, en 1938, y se quedó en cuartos. No le ayuda al equipo cubano el asunto de las deserciones. Los problemas económicos de la Isla han propiciado que 12 de sus mejores futbolistas hayan abandonado el país en los últimos 10 años. Maykel Galindo, el más talentoso de todos ellos, juega precisamente en el Chivas, de la MLS de EE UU. Y aunque huyó de Cuba, el sábado irá con ella: "Me repudiaron, pero yo me sigo sintiendo cubano. Quiero que ganen a USA".