El calvario de Guayre con las lesiones está cerca del final

El calvario de Antonio Guayre parece que por fin llega a su final. Después de dos años muy duros a causa de las lesiones, el delantero canario quiere volver a sentirse futbolista en las filas del Numancia. Ya se entrena al mismo ritmo que sus compañeros y su inclusión en una lista de convocados está más cerca.

Guayre es optimista de cara a su reaparición, pero cauto: "Hay que tomarse las cosas con calma, porque si bien es cierto que nadie me está metiendo prisa, yo soy el primero que me exijo volver lo antes que pueda. Aún seguiré algún tiempo con el tratamiento, pero estos días me encuentro bastante bien en los entrenamientos y a ver si no doy un paso atrás en la recuperación".

Sin fortuna.

La historia médica de Guayre es rocambolesca: empezó con unos problemas en los isquiotibiales, en el bíceps femoral, luego se le trasladaron a los tobillos, para volverle a los isquiotibiales, su talón de Aquiles. Sufrió una rotura de grado I en el isquiotibial derecho cuando finalizaba la pretemporada con el Celta de Vigo, en 2006. Desde entonces, las lesiones no le han permitido jugar con regularidad (20 partidos en dos años), pero el tratamiento que le pusieron en Sevilla, donde estuvo trabajando para ponerse a punto, ha funcionado.

Guayre no se pone plazos: "Claro que me gustaría jugar en el Bernabéu, quiero estar cuanto antes, pero al cien por cien. Sin prisa, pero sin pausa, aunque no quiero dar un paso atrás y recaer; sería lo peor".