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Primera | Espanyol

Albert Riera se despidió dejando un regalo

Tres años después, uno de los mejores zurdos de España se despidió de Montjuïc para instalarse en Anfield. Albert Riera quiso hacerlo personalmente, para que los periodistas transmitiesen verazmente sus palabras. Palabras de querencia, a pesar de desencuentros, y un deseo: volver.

M. Á. Santos
<b>LA ÚLTIMA PUERTA. </b>Albert Riera abandonó así la sala de prensa de Sant Adrià.  Fue la última vez en que su figura empujó la cancela de salida del Espanyol.

Llevaba el discurso escrito, así que sus primeras palabras de despedida fueron producto de una reflexión madurada. Fue luego, ya sin papeles, en el turno de preguntas, cuando Albert Riera fue más espontáneo a la hora de evaluar sus tres años como jugador del Espanyol. Entonces salió lo más auténtico y, tal vez, su verdadera personalidad.

De todo lo que dijo Riera (Manacor, 1982), lo que más puede gustar (o doler) a muchos seguidores blanquiazules fue una frase: "No se trata de un adiós definitivo, sino de un hasta luego". ¿Hasta cuándo? Eso dependerá de cómo le vaya en Anfield, donde mañana será presentado oficialmente. La web del club inglés ya incluía ayer frases suyas: "Sabía que sólo había un club por el que quería fichar. Tendré que trabajar duro, pero me encanta la sensación de ser jugador del Liverpool".

Allí, en la ciudad de los Beatles, había estado ya Riera para firmar su nuevo contrato. Hay que agradecerle que regresara a Sant Adrià para escenificar su despedida oficial. Hubiera podido no hacerlo, pero lo quiso. "Espero que se me recuerde como una persona honesta. Ya dije que si me marchaba sería por el bien de las dos partes y a un grande, y así ha sido. Me he marchado para seguir creciendo, a un equipo de Champions", afirmó.

El centrocampista internacional quiso recalcar su agradecimiento al Espanyol por haberle dado la oportunidad de crecer. De la misma manera, expresó su deseo de que el club siga creciendo, ahora que se queda sin él: "Hemos compartido tres de los mejores años de la historia de del club, con una Copa del Rey, una final de la UEFA y una de las mejores primeras vueltas".

De momento, Riera se va dejando un regalo al Espanyol: exigió el compromiso, firmado en su contrato, de que el Liverpool inaugurará el nuevo estadio de Cornellà-El Prat.

"Hemos discutido, hemos opinado diferente en algunos aspectos y ha habido cosas que no se han podido arreglar. Lo siento, pero todos hemos luchado por el mismo objetivo, que es el bien del Espanyol. No me arrepiento de nada de lo que dije o hice, aunque es cierto que en según qué situaciones se reacciona de una manera determinada", dijo Riera sobre el espinoso tema de sus desencuentros

El vestuario.

Riera también quiso romper una lanza sobre la denostada convivencia intramuros de Montjuïc. "Se ha hablado mucho del vestuario. Pero es magnífico, muy joven, y es importante que desaparezca este tipo de rumores".

De la misma manera que para su nueva etapa en la Premier, el balear deseó lo mejor para la plantilla y para el club que ahora deja: "El Espanyol se encuentra en buenas manos. Agradezco a Dani (Sánchez Llibre) y a la directiva lo que han hecho. Todos nos hemos sentido cuestionados, pero el club lo hará lo mejor posible".

Riera, que vuela hoy a Liverpool, tendrá su primer entrenamiento el jueves por la tarde. Allí le espera su valedor, Rafa Benítez ("todo el mundo me ha hablado maravillas de él"), y un vestuario muy español: Torres, Reina, Arbeola, Alonso... Ahora, también habrá que seguir la Premier para ver si, a sus 26 años, se gana los galones de red en el mítico Anfield.