NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Deportivo 2 - Real Madrid 1

El Madrid, fiel a la tradición en Riazor

El nuevo curso no cambió lo que ya se ha convertido en una tradición, que el Real Madrid salga del estadio de Riazor con la cabeza agachada y con dudas después de visitar al Deportivo de La Coruña, una situación que apena a los blancos desde 1991 y que se repitió hoy con una nueva victoria gallega (2-1).

<b>Y VAN 18.</b> El Real Madrid acumula 18 años sin ganar en Riazor.
Y VAN 18. El Real Madrid acumula 18 años sin ganar en Riazor.Reuters

Con la salida de tono del brasileño Robinho demasiado reciente y la derrota del Barcelona ante el Numancia aún más fresca, el Real Madrid saltó al césped de Riazor con la pájara habitual en el estadio coruñés aturdido por las ''meigas'' que le azotan en las últimas diecisiete temporadas.

El Deportivo apostó por refrescar la alineación después del partido europeo del jueves y Miguel Angel Lotina, que jugó con un defensa menos de lo habitual, sorprendió con la suplencia de Juan Carlos Valerón e Iván Sánchez "Riki", claves en la pretemporada, para dar la alternativa a Verdú, Pablo Alvarez y Mista.

Fueron estos dos últimos los que estuvieron a punto de aprovechar la empanada mental de los madrileños en el arranque del encuentro, pero el larguero salvó a Casillas después de un remate inteligente de Mista a centro de Pablo Alvarez.

El Real Madrid combatió la desorientación inicial con mucho toque de balón en la parcela ancha, pero no consiguió avanzar metros y salir de su propio campo ante un rival replegado, bien ajustado en la presión, que apagó la creatividad de Guti y frenó a Raúl, Van Nistelrooy e Higuaín.

Sólo Robben, con un sprint endiablado, salvó la marca de Guardado y Filipe, y encontró huecos en la defensa deportivista cuando los gallegos, superado el primer cuarto de hora, le quitaron el balón al Madrid y asumieron la iniciativa en el juego.

Con el Deportivo más volcado en ataque, el partido se abrió y los de Schuster tuvieron la oportunidad de herir a los de Lotina con un contragolpe que el portugués Zé Castro, de nuevo en la alineación tras una lesión muscular, interceptó ante Higuaín cuando el Madrid tenía superioridad numérica.

Los coruñeses se repusieron del susto y tres minutos después, en el ecuador de la primera parte, encontraron el premio tras una falta escorada de Pepe a Filipe, que Sergio ejecutó en corto para Guardado y que el mexicano, sin presión, colgó al área para que Mista se estrenara como goleador con su nuevo equipo con un remate picado.

El partido enloqueció entonces, con el Madrid revolucionado y el Deportivo esperando un contraataque mortal, pero fueron los blancos los que utilizaron esa arma, tras una caída de Filipe en el área, para plantarse con la velocidad de Robben ante Aranzubia, quien desvió a córner y reclamó al holandés que no echara el balón fuera.

Volvió a tener el empate el equipo de Schuster en el tiempo de descuento, pero como en la primera jugada del partido en la portería de Casillas, el larguero salvó también a Aranzubia tras un disparo de Marcelo que tocó en Sergio.

Con la resaca de la primera parte, el Real Madrid salió más entonado en la reanudación y consiguió lo se le había resistido después de un intento de vaselina de Raúl que rebotó en Lopo y que aprovechó Van Nistelrooy para igualar el partido.

El Deportivo, pese al mazazo, no perdió el pulso y en sólo cinco minutos recuperó la ventaja tras un saque de esquina de Guardado que Alberto Lopo envió a la escuadra tras saltar más que nadie en el área del Madrid.

Tampoco se amilanó el campeón, que respondió con un centro de Marcelo y un cabezazo de Diarra que Aranzubia despejó sobre la línea de gol para dar paso a una fase de partido controlada por el Real Madrid y con el Deportivo pendiente de encontrar la sentencia al contragolpe.

Ninguna de las dos recetas funcionaron, ni siquiera tras los cambios introducidos por Schuster, y el Real Madrid volvió a caer en el estadio de Riazor ante una afición que, con sorna, pidió al técnico alemán que sacara a Robinho.