Un Tigre en Montjuïc

El tigre no es el rey de la selva. No es un león pero asusta igual si uno no se llama Tarzán. Y como que éste no es el caso, se habla de fútbol y de Román, el goleador de la noche en la presentación del Espanyol, bien decidido está apodarle Tigre a este tallo argentino criado en Sarandí pero nacido para el fútbol de elite en Tigre, club revelación de los Torneos y Competencias de los dos últimos años.

El Tigre se ganó el primer párrafo de cualquier crónica de este Ciutat de Barcelona con su soberbio tiro desde su casa en el minuto 7. No fue seguramente el mejor impacto del fútbol mundial. A cambio, Román le puso el alma a ese rechace del córner botado por Luis García. El gol sorprendió a la grada, que vivía adormilada un arranque de partido veraniego más. Hace años el Ciutat era la verdadera puesta de largo. Equipos como el Real Madrid iban a Sarrià y casi nadie había visto antes al Espanyol, como mucho los atrevidos que se pasaban una tarde de agosto en un Lloret-Espanyol. Otros tiempos.

El Espanyol ya iba ganando cuando el Udinese, el rival sí, estaba todavía saboreando su triunfo sabatino en El Madrigal. El equipo de Tintín Márquez jugó entonces sus mejores minutos de la pretemporada (la seria, claro). Luis García acaba el verano como lo que viene siendo últimamente, un jugador imprescindible al que el club ha hecho bien en retener a costa de no rebajar ni un euro su tasación. El equipo sería peligrosamente más débil sin él. Fue el asturiano el que brindó el 2-0 a Tamudo en el 12'. El capitán se reserva la puntería para el próximo sábado. Hace bien.

La primera acabó muriendo de aburrimiento sólo salpicada con el curioso pique entre Sergio Sánchez y Di Natale, la indiscutible estrella de este Udinese que mucho deberá cambiar si quiere aspirar a algo grande en esta temporada en que la Copa UEFA le visitará los jueves. "Caminando juntos", reza su lema. Pues adelante.

El carrusel de cambios tras el descanso siguió dejando sentado en su banquillo a Albert Riera. Es el primer paso para su adiós. En el palco perjuran que tienen recambio para él. Sea así o no, su marcha es la peor noticia del verano.

Rascando en el fondo de su orgullo, los italianos dominaron la segunda parte y dejaron a los blanquiazules la opción del contragolpe. Entre todos mejoraron el espectáculo y permitieron cotejar viejas teorías. La primera es que Carlos Kameni es cada año mejor. Paró una falta magistral de Pepe, lo blocó todo y no vaciló por alto. En sus antípodas, el debut de Callejón le dejó como un bullicioso delantero que si atina meterá goles y que Rufete empieza el año, como siempre, metido en la pelea por la titularidad. El Ciutat se terminó con su brega y con un título más. El Espanyol volvió a ganar. Bien.