Pekín 2008 | Fútbol
Brasil y Argentina pasan y se enfrentarán el martes
Nigeria y Bélgica se verán las caras en la otra semifinal
Sabemos sufrir". Si en la Eurocopa Turquía enseñó al mundo cómo triunfar con el milagro como táctica, ahora Brasil, concretamente Dunga, su seleccionador, componente del involutivo trivote que envenenó el fútbol tras el Mundial 94, eleva el fútbol a la categoría de martirio, de masoquismo balompédico. Duele que sea un brasileño, compatriota de Garrincha, el sumo sacerdote del jogo bonito...
Ayer argentinos y canarinhos resolvieron sus compromisos en la prórroga. Pero mientras Brasil presumía de "saber sufrir", Argentina no acabó antes el trabajo ante Holanda porque Agüero, a quien le seguía en la grada su suegro Maradona, no tuvo su noche.
Dunga abandonó a la deriva a Sobis, mientras Ronaldinho y Anderson exhibían un trote cochinero digno de una pachanga en Ipanema. Apenas Diego propuso cosas. Y así, especulando, llegó el partido al tiempo extra, en el que los goles de Sobis y Marcelo asfixiaron a la extenuada Camerún, a la que le pesó jugar una hora con diez.
Batista, por su parte, secundó a Agüero con un Riquelme intermitente, el vertical Di María y un Messi genial que marcó el primer gol y diseñó el segundo. Holanda se mostró timorata, especialmente tras el tanto de Messi, pero el gol de Bakkal devolvió las tablas al marcador. El resto fue un continuo merodeo albiceleste esperando el madurar de la fruta. Y lo hizo al concretar Di María un delicioso pase de Messi.
Además, Bélgica dio la sorpresa ante Italia en un partido en el que el árbitro no dejó contento a ninguno y se medirá a Nigeria. Habrá clásico. El martes a las 15 horas en el Estadio de los Trabajadores, en Pekín. A un lado, Argentina, los Caballeros de la Angustia, con Messi al mando. Al otro, Brasil, los Estoicistas de Ipanema, con Ronaldinho... a su bola.