Condenados a sufrir

El Deportivo tendrá que sufrir en la caldera de Split. El Hajduk llegó a Riazor a buscar un empate y la falta de ideas del equipo de Lotina le puso las cosas demasiado fáciles. El Deportivo incluso renunció en el último tercio de partido a su esquema de cinco defensas y se lanzó al ataque con tres delanteros, pero todo lo que obtuvo fueron un puñado de balones colgados al área y un par de disparos peligrosos desde fuera del área. Un dominio demasiado estéril.

El Hajduk sacó el manual del equipo pequeño en Riazor. Los croatas se atrincheraron en su área y trataron de sorprender al Deportivo con algún contraataque aislado. No parece que se le haya pegado mucho a Goran Vucevic de su etapa a las órdenes de Johan Cruyff. El ahora entrenador del Hajduk pasó con más pena que gloria como jugador del Barça en los años noventa. Ahora tiene un equipo muy joven a sus órdenes y a algunos de sus jugadores se les intuye un futuro interesante, pero no tomó ningún riesgo en Riazor y su premio fue el empate que llegaba a buscar.

Con ese panorama, la defensa de tres centrales planteada por Lotina pareció excesiva y se vio excesivamente solo a Riki en la punta del ataque. El Deportivo trataba de combinar en el centro del campo, con el apoyo de los laterales (Manuel Pablo y Filipe Luis), pero casi todas sus jugadas se estrellaban contra la sobria defensa del Hajduk. Una apendicitis aguda se cruzó a última hora en el camino de Lafita, así que Guardado tuvo su oportunidad de jugar en su posicion favorita, pero al mexicano y a Valerón les costaba demasiado enlazar con Riki y el único recurso parecía la estrategia.

Muchas faltas.

Como pista de sus intenciones, el Hajduk cometió once faltas en los primeros veinte minutos y la primera parte fue una colección de balones colgados al área en faltas laterales y saques de esquina. Lopo y Zé Castro estuvieron muy cerca de aprovechar esas acciones de estrategia para adelantar al Deportivo, pero no acertaron con la portería de Subasic y ya al descanso el partido parecía encaminado de forma inevitable al empate sin goles.

La segunda parte comenzó con signos preocupantes para el Deportivo. El Hajduk pareció desperezarse y Kalinic dio un susto a Aranzubia en un remate ajustado al larguero que salvó el portero con la punta de los dedos. Lotina decidió tomar entonces cartas en el asunto, cambió su esquema de juego y dio entrada a Omar Bravo y Xisco por Piscu y Valerón. Dos delanteros más para romper el muro del Hajduk, pero esa acumulación resultó ser más un problema que una solución. El Deportivo se ve ahora abocado a sufrir en Croacia para seguir vivo en Europa.