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Amistoso | Eintracht 1 - Real Madrid 1

Robinho salva al Madrid de la derrota

El Real Madrid y el Eintracht alemán firmaron tablas en un partido que Schuster utilizó para realizar las últimas pruebas antes del enfrentamiento en la Supercopa frente al Valencia. El conjunto madridista jugó a ráfagas y Robinho fue el autor del único gol blanco tras jugada personal de Saviola.

ABEL ROMERA
<strong>GOLEADOR.</strong> Robinho fue el autor del gol que evitó la derrota del Real Madrid.
GOLEADOR. Robinho fue el autor del gol que evitó la derrota del Real Madrid.Reuters

Llegaba la última prueba del Real Madrid 2008-2009 antes de la disputa del primer partido oficial de la temporada en la Supercopa ante el Valencia. Los de Schuster tenían como objetivo refrendar la buena pretemporada realizada. En el once titular destacaba la ausencia de Robinho, que dejó su sitio a Van der Vaart.

Con el Commerzbank Arena de Fráncfort abarrotado comenzó el encuentro, y pronto llegaron los problemas para el Real Madrid. Un centro desde la banda derecha del conjunto germano fue despejado con la cabeza por Pepe con dificultades estrellando el balón en el larguero, lo que aprovechó Bellaid para subir el primero al marcador cuando tan sólo habían transcurrido siete minutos de partido.

El gol germano no entraba en los planes del conjunto blanco, que parecía tener el partido controlado a la perfección en los primeros minutos. La primera respuesta con peligro serio del equipo español tuvo lugar cerca del cuarto de hora de la primera mitad, pero el palo se cruzó en el camino del disparo de Van Nistelrooy.

Con el paso de los minutos fue emergiendo la figura del portero Nikolov. Dos magníficas intervenciones del guardameta a sendos disparos blancos evitaron que la igualada llegase al marcador.

La lógica y la calidad técnica seguían sin imponerse y, aunque el Madrid gozaba de un mayor dominio del encuentro, el Eintracht no renunciaba al ataque y disponía de las mejores oportunidades de gol. A cinco minutos del final del primer acto volvió a aparecer Nikolov para atajar un centro de Torres que Raúl y Van Nistelrooy se disponían a rematar en inmejorable posición. El delantero holandés, muy lento, marró la última ocasión de la primera parte de los de Schuster.

Con el pitido que indicaba el descanso, los jugadores del Real Madrid se retiraron al vestuario cariacontecidos por el resultado y sorprendidos por el buen juego y el espíritu de lucha mostrado por el Eintracht.

Cambios para la segunda mitad

Hasta cuatro cambios introdujo Schuster en el inicio de la segunda mitad. Metzelder, Baptista, De la Red y Robinho ocuparon los puestos de Heinze, Diarra, Guti y Van Nistelrooy. Tras la reanudación, el partido perdió fuelle y ninguno de los dos conjuntos se lanzó decididamente al ataque, lo que provocó que los primeros minutos de la segunda mitad se concentrasen en el centro del campo sin ocasiones de peligro. Un despeje de Nikolov que se estrelló en Robben estuvo cerca de significar el empate.

Pasaban los minutos y el asedio del Madrid sobre la portería de Nikolov era cada vez mayor. En el minuto diez del segundo acto Sergio Ramos estrelló un remate de cabeza en el larguero y acto seguido Raúl no pudo batir al portero del conjunto alemán cuando lo tenía todo para hacerlo.

Poco a poco el Real Madrid se hizo dueño y señor del partido y comenzó a mostrar su superioridad sobre el Eintracht. Las ocasiones eran constantes, pero faltaban los goles. Fue entonces cuando Schuster decidió realizar dos nuevos cambios, dando entrada a Higuaín y Salgado en sustitución de Raúl y Van der Vaart.

La llegada del empate era cuestión de tiempo, y así fue. Una jugada personal de Saviola dentro del área sirvió para que el jugador argentino diese en bandeja el gol del empate a Robinho, que remató desde el área pequeña.

Era un partido para probaturas y Schuster decidió hacer un último cambio retirando del campo a Pepe para dar entrada a Javi García. Estos cambios tuvieron el efecto contrario al deseado. Con ellos el Madrid se olvidó de sus tareas ofensivas y consumió los últimos minutos de partido preso de la pasividad y el cansancio.