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Trofeo Teresa Rivero | Rayo 2 - Atlético 4

Maxi asusta al Schalke

El capitán brilló ante un Rayo que nunca se entregó

<b>LLEGADA. </b>Camacho se adelanta a Koke para cerrar la goleada rojiblanca. El Atlético estuvo soberbio a balón parado.
LLEGADA. Camacho se adelanta a Koke para cerrar la goleada rojiblanca. El Atlético estuvo soberbio a balón parado.Chema Díaz y Dani Sastre

Fred Rutten, técnico del Schalke 04, vio desde el palco la superioridad del Atlético sobre el Rayo en el Trofeo Teresa Rivero. Superioridad que a punto estuvo de no verse reflejada en el marcador porque el Atlético, que quiere mostrarse este año como un equipo serio y disciplinado, decidió sestear unos minutos y a punto estuvo de costarle el encuentro. Después de permitir que un equipo inferior le tratara de tú a tu, el Atlético volvió a espabilar y sentenció el encuentro ante un Rayo que si muestra la imagen de ayer no pasará apuros para mantenerse en Segunda División.

El conjunto rojiblanco se adelantó en una jugada a balón parado. Sinama marcó su primer gol con la camiseta rojiblanca y el equipo anotaba su séptimo tanto en pretemporada en acción a balón parado. El octavo llegaría posteriormente, obra de Camacho, para cerrar la goleada. Los hombres de Aguirre debían tener miedo del potencial aéreo del Schalke 04, pero después de lo visto en esta pretemporada a lo mejor tiene que ser al revés.

Estrategia.

El año pasado el conjunto rojiblanco apenas anotó goles en jugadas de estrategia, que sí le dieron muchos quebraderos de cabeza a la hora de defender. La mejora en este sentido es evidente. El Atlético dominó el partido desde el inicio y suyo fue el primer tiempo. Del conjunto que se midió al Puebla en el primer encuentro por tierras mexicanas al equipo que se vio ayer en el Teresa Rivero media un abismo. Los rojiblancos ya no tienen más pruebas de cara a la previa de Champions por lo que Aguirre sacó su teórico equipo titular. El Rayo, con el partido perdido, entendió que también debía ser protagonista ante su afición y los de Pepe Mel descubrieron los fallos del pasado rojiblanco. Con 0-2, Leo se durmió, la defensa también y Piti y Aganzo igualaron ante el delirio de la hinchada vallecana. Aparecieron entonces los viejos fantasmas. El Atlético se tambaleó hasta que apareció Maxi. El capitán no quiere bromas esta temporada. Antes ya había marcado un precioso gol y cuando el Rayo volvió a agigantarse para cerrar el partido. Pudo haberlo hecho antes Sinama, pero su remate lo escupió el larguero. Seguro que fueron esos minutos los que de verdad le sirvieron a Javier Aguirre para ver cómo está su equipo. El técnico dio entrada en el tramo final del partido a los jugadores menos habituales, aquellos que quizá ante el Schalke pueden tener también minutos importantes.

No jugó Reyes, pero sí Camacho que quiere aprovechar su oportunidad. El Rayo se dio por vencido, pero obtuvo el premio de haber asustado al Atlético en el tramo inicial del segundo periodo. Rutten vio la fuerza y las debilidades de un Atlético que ya sólo espera a su Schalke.