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amistoso | pontevedra 2 - zaragoza 3

El Zaragoza se confió ante el Pontevedra y terminó sufriendo

El conjunto maño persevera en su tendencia a mostrar sus dos caras, la de una gran eficacia ante la portería rival y una temeraria flacidez defensiva que le hace encajar goles con enorme facilidad y que terminó enviándole la pasada temporada al infierno de Segunda división.

El Real Zaragoza no encontró rival en el Pontevedra en su tercer partido de la pretemporada, en el que tuvo problemas para encontrar fluidez en su juego al inicio de las dos partes, pero se confió después de dominar por 3-0 en el marcador y acabó sufriendo ante un rival con más voluntad que calidad.

El conjunto maño persevera en su tendencia a mostrar sus dos caras, la de una gran eficacia ante la portería rival y una temeraria flacidez defensiva que le hace encajar goles con enorme facilidad y que terminó enviándole la pasada temporada al infierno de Segunda división, algo que su técnico, Marcelino García Toral, está intentando corregir pero todavía parece estar algo lejos de conseguir.

Al equipo aragonés le pesó el entrenamiento matinal y le costó asentarse sobre el terreno de juego lucense ante un rival con una calidad claramente inferior y tardó más de un cuarto de hora en ver llegar la primera acción de peligro y fue a balón parado.

Jugando a la contra llegó a los veinte minutos la primera acción de peligro por medio del brasileño Ricardo Oliveira, que parecía más fresco y con una mayor punta de velocidad que el resto de los jugadores, y que a la media hora le sirvió para marcar de vaselina ante la salida de Sainzar. El segundo tanto no tardó mucho en llegar en una buena jugada de Diego Milito que desbordó con facilidad a los defensores pontevedreses.

Los numerosos cambios que introdujo Marcelino García Toral tras el descanso le supuso a los zaragocistas volver a reiniciar de nuevo su juego y tardó más de veinte minutos en llegar con peligro hasta los dominios de Sainzar.

La velocidad de Ewerthon sirvió a los zaragocistas para anotar su tercer gol por medio de Ripa, aunque poco después los hombres de Rafael Sáez acortaron distancias recogiendo los frutos de sus llegadas.