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Antonio Tapia

"Soy el Tapia de siempre con un par de años más"

Es igual. Correcto, pausado y preciso. Pero en sus ojos se nota que ésta es una etapa distinta. Ahora se ha apostado por él y por su experiencia. Primera le espera de nuevo.

Antonio Tapia

¿Le ha pillado por sorpresa este regreso?

Sí, no me esperaba que Muñiz no siguiese porque hizo un trabajo magnífico. A partir de ahí se abrió la posibilidad, Fernando (Sanz) me propuso venir y eso me dio mucha confianza porque lo he tenido de jugador y sabrá qué virtudes y defectos tengo. Tener su confianza de entrada es gratificante.

¿Es mejor tenerlo de jugador o de presidente?

De jugador era un muy buen profesional. Como presidente no lo conozco, quizás más adelante pueda compararlo. Pero de futbolista daba gusto trabajar con él. No es por hacerle la pelota, pero era así (risas).

¿Fue un sí a ciegas?

No. Hablé con Muñiz, que me expuso su idea y luego me decidí definitivamente.

¿Cómo fueron las conversaciones con Muñiz?

En la situación en la que estaba el equipo y con lo que se estaban jugando, tampoco insistí demasiado. Me comentó la posibilidad de firmar algún futbolista y poco más.

¿Es cómodo el colchón de trabajo que le ha dejado?

Hemos intentado mantener su base. Los dos porteros, la línea de atrás, le propusimos lo máximo a Hidalgo, seguimos con los dos extremos zurdos, Apoño, Baha... Ese grupo de jugadores es fundamental aunque también se ha pensado en equilibrar el equipo en función de la nueva categoría en la que competiremos.

¿Hacen falta piezas que den un salto de calidad?

Hace falta un equipo equilibrado. Un par de jugadores por puesto, calcular a partir de ahí. Sobre todo necesitamos un buen vestuario porque una buena dinámica de trabajo sumará muchos puntos. Algún nombre podrá llamar la atención, pero aquí hay que correr y pelear. Intentaremos traer a futbolistas con capacidad, pero defensivamente el equipo tiene que ser una roca.

Gente como Gámez se ajustan perfectamente a la teoría.

Es de los jugadores con una proyección más rápida y es mérito suyo. Ha dado un salto en muy poco tiempo y en estos momentos el interés por él es gracias a su rendimiento.

¿Cuál será el estilo del nuevo Málaga, el suyo?

Intentaremos que sea el estilo que nos permita cumplir los objetivos. Queremos consolidar el proyecto en Primera y conectar con la afición, porque queremos que salga satisfecha de La Rosaleda. El juego va a depender del grupo que podamos reunir y, como es lógico, de mi filosofía. No voy a hablar de Champions, vamos a aterrizar en Primera y a luchar.

¿Para cuándo estará lista la plantilla?

Me gustaría que el primer día de entrenamientos esté cerrada, con un par de fichas que dejaremos libres. Pero lo mismo arrancamos y no la tenemos aún completa. El mercado determina a veces que haya que esperar para tener opciones sobre algún jugador que ahora es inviable.

Se está viendo cierta malagueñización del equipo.

Tenemos que jugar con nuestras bazas. Cuando se trata de un club grande, la motivación es dificil de igualar. Pero nosotros intentamos traer jugadores con un gran grado de compromiso. El hecho de entrenar al Málaga supone también el aumento de ese compromiso. Igual ocurre con los jugadores, si traes a un futbolista a su casa, donde su familia y amigos son malaguistas, él rendirá más en el campo. Seguro.

¿Será un problema concretar las bajas?

El club ha comunicado a los jugadores su situación y ellos saben perfectamente cuáles son nuestras intenciones. A raíz de ahí se establecerá una negociación para intentar que ambas partes se beneficien.

Después de como acabaron las cosas en Granada, ¿es un reto volver a Primera y además con el Málaga?

Yo me lo tomo igual que cuando entrenaba a Los Boliches, al Fuengirola, al Ejido o al Málaga mismo. Intento hacer mi trabajo lo mejor posible. Entonces ya fue un reto importante y ahora es lo mismo. Lo haré con responsabilidad, pero eso no significa que vaya a haber menos dificultades que antes. Quizás mi etapa más complicada la pasé con el 74 y aun así hicimos algunas cosas muy buenas allí.

¿Qué diferencias ve entre el Tapia que entrenó en su primera etapa aquí y el de ahora?

Ninguna. Soy el mismo con un par de años más en el cuerpo, pero lo del trabajo es igual. Llego por la mañana y me voy por la noche. Cuento con un magnífico cuerpo técnico, grandes colaboradores y sigo con los pies en el suelo. Como entonces, dependo de los resultados aunque para mí también es muy importante la forma en la que se consiguen las cosas. Con un poco de suerte, se pueden hacer grandes cosas.

¿Cómo está siendo su relación con Ricardo Rodríguez y con Dely Valdés?

Siempre se mira el bien común y la economía es algo importante en ese sentido, por eso siempre hablo con Ricardo. Dely, por su parte, dejó huella aquí y ahora lo recuperamos. Aportará experiencia en el trato con el vestuario.

¿Cuántas horas de trabajo están echando al día?

Pues ni se sabe. Porque ahora estamos dedicados de lleno en la confección de la plantilla. Trabajamos mucho pero con ilusión. Con ganas de que este proyecto tenga una viabilidad por muchos años en Primera.

Menos cuando duerme, pendiente del Málaga.

Sí, pero no sólo yo. Esto me ha pasado incluso en las categorías inferiores, soñamos con fútbol y lo vivimos de forma muy intensa. No lo es todo, pero no se puede perder la concentración porque lo que hagamos ahora determinará lo que pase durante el año.