Estamos en el despacho de un presidente, al fin, de Primera División.

Este es el despacho de siempre. Aquí por el club, ya lo ve, sigue siendo todo igual.

¿Cómo se ha bebido la semana después del éxito?

Me la esperaba, después de las celebraciones, más tranquila. Ha sido frenética, porque hemos puesto en marcha todo el nuevo proyecto.

Pero se trabaja feliz.

Con un ascenso detrás, todo se lleva mejor.

Sus imágenes del ascenso.

Tres. La afición en el centro del campo, arrancando el césped, viéndonos arriba, feliz, después del final del partido. Luego, el recibimiento en la calle Larios, que fue espectacular. Y, más íntimo, la satisfacción de mi mujer y mis hijos, que me han aguantado de verdad en malísimos momentos.

No lo había dicho, pero a sus hijos los trajo al último partido...

Soy supersticioso y no me gusta planificar nada. Pero quería que viviesen ese momento, que disfrutasen.

¿Este ascenso descubre un nuevo Málaga?

Seguro que estamos ante un nuevo Málaga, pero ojo. Sabemos de dónde venimos y hay que apretarse el cinturón, hacer frente a una serie de pagos. Aquí no se van a cometer las imprudencias que casi nos condenan al abismo. El Málaga no es un juguete, es un sentimiento. Y hay que cuidarlo.

Parece increíble volver a Primera después de haber tocado el fango con la mano.

Nadie sabe lo que había aquí. Había embargos de Hacienda, de jugadores, de agentes, de empresas. Cada día uno. La gente salía corriendo. No acertaría con las palabras, todo era escalofriante. No tenía experiencia y estábamos en la cuerda floja. Esto era el caos, es así.

Y nada más ascender, aparecen supuestas ofertas para comprar el club.

Claro, ahora la gente se vuelve a interesar porque el Málaga empieza a ser jugoso, está saneado, es transparente, saca sus vergüenzas a la calle.

¿Fernando Sanz va a vender el Málaga?

Es que no me ha llegado ninguna oferta de compra. Y si llega, lo pienso contar. Le digo una cosa: en el deporte no es fácil tener buenos momentos y gozar como lo hicimos hace unas semanas. Luego vienen insultos, malos momentos. Me quiero quedar con lo bueno.

Eso suena a adiós. ¿O no?

No es eso, pero nunca he estado cómodo siendo presidente. Esto ha sido una locura, pero hemos conseguido el objetivo. No estoy a gusto como presidente y algún día tendré que marcharme de aquí.

Pero esa declaración puede dar sensación de cierta inestabilidad.

Al contrario, yo creo que la gente tiene que estar muy tranquila. Desde que llegué al club, he cumplido con lo que he prometido. Y el Málaga es un club de referencia ahora mismo, de buena gestión.

Pero se le ve muy implicado. Ha reestructurado a la velocidad de la luz las parcelas técnicas.

Estamos trabajando con sentido común. Lo de Muñiz era un secreto a voces y tuve que acelerar las gestiones con Tapia.

En la caja, ¿qué supone un ascenso?

En ingresos, pues fácil más de 25 millones de euros por televisión, abonos, publicidad, merchandising. Pero hay que hacer frente a muchos pagos. Tenemos un plan de viabilidad al que hay que responder con responsabilidad.

¿Van a echar mucho de menos a Muñiz?

No es eso, a mí me alegra que sea una referencia en el fútbol español porque me dijeron loco cuando aposté por él. Aquí lo ha tenido todo, banquillo y secretaría técnica. Triunfó y a mí me llena de orgullo porque decidí que debía venir. Hablo mucho con él, le irá bien.

¿Tapia será un acierto?

Nunca se sabe, pero para mí tiene lo más importante, que es la constancia. Va a dedicarse en cuerpo y alma y espero que salga bien.

Que salga todo bien es mantener la categoría.

La gente tiene que saber que ese es el objetivo, que va a ser complicado quedarnos en Primera porque seremos uno de los presupuestos más bajos de Primera. A día de hoy estamos a años luz de los clubes ricos. Tenemos que ir consolidándonos paso a paso, asentarnos. Ojalá nos salga algún crack de cantera, pero al dinero hay que tenerle mucho respeto y considerar siempre la opción del descenso. Que eso no signifique la ruina. Lo nuestro es ser hormiguitas y no tambalearnos.

Para principios de julio se anuncia la llegada de Dely.

Es un reconocimiento a la gente que ha estado muy vinculada al club. Dely no era una persona muy habladora en el vestuario, pero sí muy carismática. Puede aportar una visión del vestuario que, como cuenta Tapia, igual él no ha visto. Y ha llevado a Panamá por primera vez en su historia a un Mundial Sub-20.

Valcarce y Sandro se retiran. Uno será delegado y otro entrará en el staff técnico.

Seguirán vinculados al club pero primero quiero hablar con ellos personalmente antes de hacerlo público.

Lo harán con compromiso.

Es evidente, el Málaga no va a ser una ONG. Son gente válida y muy preparada. Darán todo.

¿Se queda Hidalgo?

La última oferta está hecha. Espero que se quede, ojalá. Si no puede ser, le daremos las gracias. Nos ha dado mucho.

Ayer desvelamos en AS la oferta del Almería. 1,8 millones de euros por Jesús Gámez. No es que no se venda, pero al menos no se regala.

La oferta es real y hemos dicho que no. No vamos a malvender a Jesús Gámez. Es más, le vamos a ofrecer una buena ampliación. Lo dije en su día, lo mantengo y además la merece.

¿Va a haber lío con Salva?

Si el cuerpo técnico le ha dicho que no cuenta con él, tendrá que buscarse equipo. Más que un problema económico es deportivo.

¿Hay algún problema con Calleja? No se ha anunciado su renovación de manera oficial todavía.

Todo depende del entrenador.

¿Cuántos fichajes harán?

No puedo cuantificarlo. Los suficientes para hacer un buen equipo.

Lo de los abonos marcha.

Me gustaría que hubiese 25.000. Hemos vuelto a cumplir y mantenemos los precios a los abonados del año pasado. Va a muy buen ritmo, y la verdad que me ilusiona.