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Eurocopa 2008 | La Euroguerra

El diez

Juan Cruz

Casillas.Es el chico de oro, porque eso parece, un chico, uno de los buenos. Lleva el uno, pero Luis Aragonés lo ha rebautizado con ese otro número que identificó siempre a las estrellas del fútbol. Maradona, Pelé, Di Stéfano, Zidane. Todos fueron números uno, pero llevaban el diez. Ahora es al revés. El crack es el portero. Esto es extraño en una selección que juega a ras de suelo, como se jugaba antes. Las estadísticas numéricas recuerdan que la Selección es la más bajita del europeo. También dicen que son los mejores. Por algo será.

Resaca.Más que de borrachera, de sonrisas. Hasta Aragonés se relaja mientras aparece en todas las pantallas. Así da gusto verle. Sonríe. Se le ve feliz. Exultante. Ahora transmite serenidad. Según el apodo que le adorna, es el sabio. Y si rectificar es de sabios, él lo parece. Está al alcance. Parece de este mundo.

Arshavin.Ya se conjuga el verbo Arshavin. Es otro verso suelto, esta vez ruso, pero de lo buenos, de los que riman. Que se lo pregunten a los holandeses. Lleva el diez. Por algo será. Faltó al primer partido. Ahora todos los focos se fijan en él. Puyol y Marchena ya tienen a alguien a su altura. Ya era hora.

Hermanos.Da envidia la manera en que se tratan alemanes y turcos. Demuestran la hermandad que les ha tocado vivir y parecen felices de haberse conocido. Una gran noticia para la Europa triste. Que aprendan los políticos. La inmigración tiene esta cara y acaso el fútbol es su mejor escaparate. De diez.