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Semifinales Eurocopa 2008 | Alemania

"Merkel me dijo que no hiciera tonterías"

Schweinsteiger revela los consejos de la canciller

Schweinsteiger.
REUTERS

A Bastian Schweinsteiger no se le conocen inquietudes políticas. Su perfil responde más al de gran aficionado a los videojuegos y, en estos días de verano, a los amores de papel couché como el que le ocupa: la preciosa modelo Sarah Brandner. Schweini fue expulsado ante Croacia por responder a un empujón de Leko cuando el partido se acercaba al final, y la niñería le costó un partido de sanción.

Vio el Austria-Alemania desde el palco, compartiendo espacio con Angela Merkel, y las conversaciones con la canciller alemana parecen haber despertado en él una responsabilidad desconocida para su fama de enfant terrible: "Angela me dijo que no debía hacer esa clase de tonterías, que debía jugar como yo siempre he hecho, como sé. Y cuando la señora canciller te dice que hagas algo, hay que cumplirlo pase lo que pase".

Tres días después, Bastian se tomaba al pie de la letra la orden de Angela y se erigía en el héroe alemán de los cuartos ante Portugal: marcó el primer gol y recibió el galardón al mejor futbolista del partido. "Creo que he cumplido con el consejo de Merkel", bromeaba.

"Contra los portugueses me sentí muy en forma, como nunca. Esta selección está jugando como debe, y yo me encuentro adaptado. Nada que ver con lo que viví en los primeros días", afirmaba eufórico Schweinsteiger.

En verdad, no está siendo una competición fácil para el futbolista del Bayern. Expulsado (tuvo el dudoso honor de ver la primera roja del torneo), frito a fotos por los parapazzi en las horas libres que comparte con su novia Sarah y obligado a ganarse la confianza de Löw, que le mandó al banquillo en el debut germano, ante Polonia, y se pensó muy mucho darle un escarmiento tras su roja ante los polacos: "No es fácil comenzar de titular en un torneo así y con una selección como la alemana. Pero estos días estoy aprendiendo muchas cosas". Quién iba a pensar que Merkel, su nueva amiga y quizá política favorita, iba a tener algo que ver en esta maduración repentina del rebelde centrocampista bávaro.