Zafarrancho para Rustu

Cuando el Volcán Demirel agredió a Jan Koller, Slaven Bilic se relamió pensando en el reencuentro con Rustu, su viejo enemigo. El croata y el meta revivirán una vieja batalla librada en Nottingham en la Eurocopa de 1996 en la que el Bilic jugador protagonizó un triunfo sobre Turquía con un solitario tanto de Vlaovic.

Hoy Bilic luce galones en la banda en lugar de en la defensa y Rustu ha dejado de volar como cuando era El Águila Real. Ha perdido reflejos y agilidad y ha pasado de centinela de la portería turca a líder espiritual, a leyenda viviente, a entrañable antigualla. Sin embargo, hoy rendirá su último servicio. Terim le alineará ante Croacia, decisión cuestionada en su país, donde prefieren a Zengin, meta del Trabzonspor al que el propio Rustu ha señalado como su sucesor.

Un tsunami. El Mariscal Bilic, coronado en esta Eurocopa como sobresaliente estratega tras desarmar al rodillo alemán, ha señalado en su pizarra a Rustu como talón de Aquiles turco. Y por ello ha preparado un plan con dos alternativas devastadoras: "Una ofensiva y la otra, ultraofensiva". Ambas estarán protagonizadas por su ejército de mediapuntas. Soldados de plomo capaces de infiltrarse en las líneas enemigas de la Mannschaft alemana o protagonizar briosos partidos en templos como Wembley.

Modric dirigirá el juego croata emboscado en algún lugar a la espalda de la medular rival aliviado por la baja de Mehmet Aurelio. Por los costados surgirán aún renqueantes Srna y Rakitic mientras Krancjar revolotea en el balcón del área y el ariete Olic busca las cosquillas a la espalda de los centrales con sus diagonales. "Somos un equipo de partidos grandes", advirtió Bilic al inicio del torneo. Y es esa la sentencia que corona sus soflamas futbolero-nacionalistas antes de los encuentros.

Enfrente Turquía llega disfrazada de cordero con un Nihat huérfano. Le falta Emre, su quaterback preferido, su abastecedor. Esta noche le servirán la cena el voluntarioso Arda y el intermitente Altintop. Terim alineará ante Croacia un once que ataca con la ternura de un león y defiende con la fiereza de un ciervo. Y Bilic, que lo sospecha, anuncia zafarrancho, tsunami, alud... Y lo hace mirando de reojo a Rustu. Como los turcos. Mal asunto.

Vlaovic califica a los turcos de "grupo de salvajes"

Las selecciones de Turquía y Croacia sólo se han cruzado una vez en una fase final de una Eurocopa. Concretamente en la celebrada en 1996 en Inglaterra. En aquel partido, jugado el 11 de junio del 96 en el City Ground de Nottingham, Croacia consiguió doblegar a los otomanos por un 1-0. El decisivo tanto fue anotado por el ex valencianista Goran Vlaovic en el minuto 86 y permitió a los balcánicos sumar una victoria que le acabó clasificando para los cuartos de final. En las horas previas a este partido, Vlaovic ha hablado en su país para un diario en el que ha calificado a Turquía "como un grupo de futbolistas salvajes". Las palabras de Vlaovic no han caído bien en la expedición turca, que ha preferido no entrar al trapo a las provocaciones que están recibiendo desde el lado croata. Nada parece sacar de sus casillas a Terim, que sostiene que "Croacia es favorita y tiene mucho más que perder".