La sombra

La otra cara.La menos buena. En la primera parte, la selección de Luis Aragonés fue la otra. La suplente. Parecía que lo sabían todos. Y así se comportaron. Menos Iniesta, que fue el único que le dio algún titular al partido. Con ganas, se fue a su banda, la izquierda, y desde allí puso el compás que su equipo espera. Pero los suplentes, los que creyeron que seguían siendo suplentes, no le siguieron.

Güiza.Era su oportunidad. Quizá la única que tendrá. No le dejan Villa y Torres asomar su cabeza. Se afeitó la barba para quedar bien en la foto. Estuvo nervioso. Lo intentó de todas las maneras. Hasta se tiró de los pelos, los pocos que le quedaban, porque no le salió nada en esa primera parte.

Remontada.Ganaban los griegos. Hasta que se dijo basta. Lo dijeron todos al unísono. De la Red violentó la portería del cancerbero griego que llama la atención por sus canas. Y vino la remontada. Güiza hizo el gol que buscaba. Tuvo hambre. Como todo el equipo. Xabi se disfrazó de Xavi y España lo hizo fácil. Luis empujó desde el banquillo y todo recordó a los dos primeros partidos. Los suplentes, por fin, acabaron siendo los titulares. Incluso los que anoche estaban en el banquillo salían a celebrar los goles.

Italia.Es la sombra que persigue a la selección española. Se empiezan a desenterrar fantasmas, fechas con mal fario, codazos, penaltis, mala suerte. Aunque esto es sólo fútbol y si España juega al fútbol, quizá pueda quitarse esa mala sombra que lleva ahí demasiado tiempo.