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Eurocopa | Portugal 2 - Alemania 3

Schweinsteiger y Ballack lideran el resurgir de Alemania

Schweinsteiger, con un gol y dos asistencias, y Ballack, con su sola presencia, lideraron la victoria alemana. Cristiano Ronaldo, salvó 20 minutos de la primera parte, estuvo discreto.

Schweinsteiger y Ballack lideran el resurgir de Alemania
AP

Alemania es la primera semifinalista de la Eurocopa. Suena a vieja cantinela, a lo de siempre, y hoy más que nunca lo es. El famoso 'rodillo alemán' resurgió hoy, en el momento requerido, cuando la mayoría de la Europa futbolística les daba por muertos ante un rival claramente superior técnicamente. No lo hicieron bonito, incluso muchos dirán que no lo merecían, pero el resultado es el que es, y Alemania pasa automáticamente a ser una de las claras favoritas al título, más teniendo en cuenta que tendrá que enfrentarse en semifinales a un rival lejos del caché de los portugueses. Cuestión aparte es el parecido de esta eliminatoria a la que la Selección española disputará el domingo. Esperemos que el desenlace sea otro.

Alemania demostró desde el primer minuto toda la experiencia ganada tras años y años de alta competición. Aparentemente saltaron al terreno de juego como una fiera herida, a las que todos dan por muerta en cuanto se encuentre a otra más joven, pero las apariencias engañan. Los de Low dejaron a Portugal el timón del encuentro en los primeros minutos, que soltaran la adrenalina acumulada.

Los de Scolari no lo dudaron y se marcharon a por la portería de Lehmann. Sabedores del momento que atraviesa uno y otro equipo, el descaro de los portugueses era lo esperado, pero aún así resultaba chocante, casi insultante. Cristiano comenzó a intentarlo por su banda, ya no volvió a aparecer en el encuentro hasta pasada la media hora de juego. Simao, muy activo por su banda y Deco, como siempre, eran los mejores del conjunto luso. Antes del minuto 20 tuvo Moutinho la mejor ocasión hasta el momento, pero evidenciando que no es un delantero, terminó rematando con la rodilla ante la indecisión de su cabeza de ir a por el balón. Tras esta ocasión el choque cambió.

Como si estuviera planeado, como si se hubieran hartado de tanto dominio del 'modesto', los alemanes dieron dos zarpazos de maestro. El ritmo descendió y los portugueses parecieron adormitarse por momentos. Con el paso de los minutos, Ballack fue haciéndose dueño del choque y los germanos comenzaron a llevar el partido a su terreno. Schweinsteiger comenzó a recordarnos a ese jugador que irrumpió en el panorama internacional en 2004 haciendo una gran Eurocopa. Con un par de jugadas por la derecha metió el miedo en el cuerpo a la zaga rival. En el minuto 21 el jugador del Bayern se adelanta a su par y remata placenteramente un centro de Podolski, otro reconvertido en esta Eurocopa.

Sin tiempo a reaccionar, el jugador de nombre impronunciable volvió a entrar en acción. Botó una falta medida para la cabeza de Klose, que se aprovechó de un desbarajuste defensivo de Pepe y compañía. La bestia había despertado y de una forma devastadora. Siendo sinceros, y a pesar de que Alemania siempre es Alemania, la mayoría estábamos con la boca abierta. Nadie esperaba un partido fácil para Portugal, pero mucho menos un marcador tan adverso a los 22 minutos.

Tras el segundo tanto, Portugal no tenía más remedio que intentar levantarse. A estas alturas no tienes tiempo ni de pensar, hay que actuar. Y en estos momentos es cuando tienen que aparecer los mejores para tirar del carro. El hombre en el que estaban fijadas todas las miradas no defraudó. Partiendo desde la banda izquierda, Cristiano comenzó a buscar el centro y su movilidad le permitió entrar más en juego. Tras varias acciones en las que pecó de ansiedad, le llegó el momento. Simao sube por la derecha y ve a Ronaldo al otro lado del campo. Friedrich, insensato, deja más metros de los recomendables al crack y se come el pase. Finalmente el remate del '7' portugués se estrella en Lehmann, pero el rechace lo convierte Nuno Gomes en gol.

Ballack sentencia

El comienzo de la segunda parte fue calcado al de la primera mitad. Portugal llevaba el peso del partido. Tenía el balón, lo movía incansablemente, siempre en campo contrario, pero las ocasiones no llegaban. Alemania estaba como en el sofá de su casa, cómodamente, esperando que llegue la publicidad para levantarse a por una cerveza. Demostraron ser unos maestros en todas las circunstancias. Lahm y Friedrich se cargaron con sendas amarillas por faltas estratégicas. No había problema. Los portugueses caían una y otra vez en su propia trampa, ataques por el centro y queriendo rizar el rizo, meterse dentro del marco de Lehmann, que no había tenido que realizar ninguna intervención de mérito.

A los 15 minutos llegó la pausa esperada. Hasta ese momento, Alemania en ataque había sido Ballack, en una versión ansiosa y desesperada por encontrar el gol. Finalmente, y de nuevo en una acción a balón parado, el gran capitán de los teutones se impuso a Carvalho y remató al fondo de la portería de Ricardo un centro del hombre del partido, Bastian Schweinsteiger.

Desde ahí hasta el final Alemania fue un frontón. Low se frotaba las manos en el palco viendo como Portugal se estrellaba una y otra vez. Pasaban los minutos y la ansiedad se apoderaba de los portugueses, empeñados en buscar el gol mediante disparos lejanos que la mayoría de las veces se iban desviados.

Alemania confió en su fortaleza defensiva y dejó el dominio total al contrincante. Arriesgado, sí, pero siendo realistas, lo mejor que podían hacer. Después de casi treinta minutos de resistencia, cuando el final del partido se acercaba y los corazones de los fans germanos comenzaban a apaciguarse, llegó el segundo gol portugués. Hélder Postiga remataba un buen centro de Nani desde la izquierda. Los dos tantos lusos llegaron de la misma forma, por las bandas. Los últimos minutos fueron cardíacos. Portugal puso cerco al marco de Lehmann, pero ya no hubo más ocasiones. Portugal queda fuera de esta Eurocopa antes de lo previsto, entre otras cosas, por dejarse atemorizar por la historia de las camisetas que tenían enfrente. Algo que debe servir como lección, entre otras, a España.