Eurocopa 2008 - Grupo C | Francia 0 - Italia 2
Cassano clona a Baggio
Buffon resucitó a Italia con el penalti que le paró a Mutu, que hoy estará llorando más que cuando lo falló. La 'squadra azzurra' se ha venido arriba con un 'Talentino' rehabilitado que se toma el partido contra España como algo personal.
Italia se ha venido arriba gracias a Cassano, que ya tiene narices. Talentino, que se fue del Real Madrid por la puerta de atrás, reaparece en la esceña española como el clon de Roberto Baggio, el delantero azzurro que nos eliminó con un gol en la zona Cesarini en el Mundial de Estados Unidos de 1994, en una calurosa tarde en el estadio Soldier Fields, a orillas del lago Michigan, en Chicago. En ese partido nacieron, o más bien se renovaron, las viejas rencillas entre ambas selecciones. El célebre codazo de Tassotti a Luis Enrique fue la gota que colmó el vaso.
Crecidos.
En cierto modo, España e Italia se cruzan en los cuartos de la Eurocopa de una forma similar a como alcanzaron los de EE UU-94: sin un pronóstico cierto. La gran preocupación es que Italia, como siempre, viene lanzada. El pase de ayer, pase al límite, les llena de moral. Y los jugadores que Donadoni puso contra Francia están ahora sobrados. Y por encima de todos ellos emerge Cassano, que buscará el pase a semis no ya sólo como una obligación para con el seleccionador que ha confiado en él, sino también en su afán por revindicarse en España, su espina.
La Roja quizás debiera aprovecharse de que Donadoni está hecho un mar de dudas. El ex jugador del Milán ha hecho una alineación para cada partido. Se cargó a Gattusso y a Materazzi tras el primer envite, puso a Del Piero en el segundo y a Cassano en el tercero. Con él sólo parecen fijos Buffon, alma de Italia, y Luca Toni. La defensa, en la que Materazzi tampoco cuajó, se ha recompuesto con Zambrotta por la derecha y Grosso por la izquierda, con el veterano Panucci como maestro de Chiellini, un central de la escuela de la Juventus, formado a la sombra de Montero. Un baluarte cuyo secreto mayor es pegar mucho y que le vean poco. Como el uruguayo. Esta defensa férrea, aunque menos que otras zagas italianas, tiene un punto débil que es precisamente el punto fuerte de España: la velocidad.