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España

"Italiano el que no bote"

Los aficionados españoles y griegos no llenaron el estadio Wals-Siezenheim de Salzburgo, pero mantuvieron un duelo de cánticos durante el partido. El más aplaudido por los españoles, "italiano el que no bote".

ÓSCAR GARCÍA (Enviado especial)
Actualizado a
<b>SENTIDO DEL HUMOR.</b> Si por algo se distingue la afición española es por disfrutar allá donde va.
REUTERS

La intrascendencia del partido entre España, ya clasificada, y Grecia, eliminada, provocó que el estadio Wals-Siezenheim no se llenara. Mientras por las calles de Salzburgo se podía ver durante toda la mañana a aficionados buscando entradas, hubo localidades que permanecieron vacías durante todo el encuentro en la zona ocupada por los seguidores españoles.

Los que acudieron al estadio lo vivieron con la tensión e intensidad que faltó a veces sobre el césped. No había sitio para la relajación y menos cuando enfrente tienes a la caliente afición griega que te reta con sus cánticos.

Al grito de "España, España" respondían los irreductibles helenos con un sonoro "Hellas, Hellas". No hubo tregua ni descanso para los griegos, que no conocen el significado de la palabra silencio. Viven el partido como si les fuera la vida en él y celebran cada gol como si fuera el último que van a presenciar en un campo de fútbol.

Manolo el del bombo y su charanga pusieron música a la letra de los españoles, que han adoptado el "Que viva España" como su himno oficial. Sin embargo, ningún cántico se celebró más que ese "Italiano el que no bote", que resonó en todo el Wals-Siezenheim en el minuto 5.

El siguiente duelo de los españoles será el próximo domingo en el estadio Prater de Viena contra los italianos y ahí ya no se puede desafinar. Ese famoso "alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual", que tanto se ha escuchado en Innsbruck y Salzburgo, no servirá para consolar a la afición española si sufre una nueva decepción en cuartos.