Mañana comienza la purga en los campeones de Europa

Resulta más fácil echar a uno que once, pero Grecia vuelve a sorprender. Cuatro años después, la selección helena no le dará la vuelta al orden futbolístico con un resultado sorprendente, sino por las sorprendentes consecuencias de éste. Lo normal, lo que ocurre siempre en fútbol es que la cuerda se rompe por el lado más débil, el del entrenador. Pero esta vez Rehhagel se queda (lo confirmó ayer el presidente de su federación) y los que se irán son la mayoría de los héroes que permanecían desde la anterior Eurocopa.

La purga comienza mañana contra España, donde Rehhagel hará ya pruebas con los pocos jóvenes que se ha traído. Vintra atrás, Tziolis, en el centro, y Salpingidis, delantero, son tres de las principales novedades con las que el técnico alemán prepara la renovación.

Y porque no le quedan más opciones. De hecho, en Austria y Suiza han repetido 11 de los 23 que ganaron en 2004. 10 de ellos tienen muchas papeletas de no volver al equipo tras este torneo. Sólo Seitaridis, que acaba de cumplir 27 años, continuará seguro. El meta Nikopolidis hizo el domingo su adiós oficial, junto a Antzas, que no estuvo en Portugal. En pocos meses, los que quedan hasta que comience la clasificación para Suráfrica 2010, otros pesos pesados se irán o serán invitados a abandonar la selección: Basinas y Katsouranis, dos de los capitanes; Karagounis, futbolista decisivo en 2004 que, ahora, se ha quejado públicamente de la actitud ultradefensiva del seleccionador; Dellas, central contra quien Rehhagel cargó las tintas en el partido ante Suecia, y Goumas, otro zaguero que ya ni juega; los atacantes Giannakopoulos y Liberopoulos, que también llegaron aquí como suplentes; y Chalkias, el meta suplente, a quien el técnico no perdona que se lesionara en un dedo por descuidarse en un balonazo. La afición griega ha pedido hasta la cabeza de Charisteas, que era considerado "el amuleto" de Rehhagel. Y el alemán, menos inmortal que antes, parece dispuesto a hacerles caso.