EUROCOPA 2008 | ACTUALIDAD
Un muerto y 23 hospitalizados durante el partido de Austria
Una joven fallecida por un colapso cardiovascular, 26 personas atendidas en hospitales por problemas vasculares, dos policías levemente heridos y 23 hinchas detenidos es el balance de la pasada noche en Viena entre los cerca de 200.000 aficionados que siguieron el partido entre Austria y Alemania.
Según fuentes oficiales, en la capital austríaca, donde tuvo lugar el citado encuentro, se desplegaron unos 4.000 policías, que colaboraron con 160 agentes extranjeros, muchos de ellos alemanes.
La policía informó de que, en general, la mayoría de los hinchas se comportaron de forma pacífica, tanto antes como durante y después de los partidos.
Las pocas excepciones fueron algunas peleas nocturnas, con daños a automóviles y otros materiales, en el casco antiguo de la capital.
En Viena, la cifra de aficionados que siguieron el encuentro en el estadio y en las zonas con pantallas gigantes de la ciudad, y salieron luego a la calle, rondó los 200.000.
Un total de 53 médicos y 780 sanitarios velaron por su salud, pero no pudieron salvar la vida de una joven austríaca de 20 años, que tras expresar júbilo en la "milla de los aficionados" perdió la consciencia y dejó de respirar.
Otras 26 personas fueron atendidas en hospitales, en general a causa de problemas circulatorios y cardiovasculares.
Por su parte, las fuerzas del orden detuvieron a un total de 23 personas (21 austríacos, un alemán y un polaco).
Dos policías -un hombre y una mujer- resultaron levemente heridos por golpes de aficionados cuando intercedieron para disolver una pelea entre aficionados austríacos y alemanes.
Por otro lado, fuera de la capital, un aficionado alemán de 28 años murió y otro resultó gravemente herido en un accidente de tráfico, cuando el automóvil en el que viajaban colisionó con un vehículo con cuatro polacos en edades de entre 20 y 53 años, que también sufrieron heridas, aunque de poca gravedad.
Las autoridades suponen que los viajeros eran todos aficionados que habían venido a ver un partido a Austria y regresaban a casa, dado que en sus vehículos habían colocado las banderas de sus respectivos países.