La segunda unidad entra en escena

La segunda unidad entra en escena La Selección ha llegado hasta cuartos de final con una alineación de 13 jugadores, los once que comenzaron los partidos contra Rusia y Suecia más Cesc Fábregas y Cazorla, que disfrutaron de minutos en los dos choques. Asegurada la clasificación y el primer puesto del grupo, contra la eliminada Grecia le llegará el turno a la segunda unidad de España, a los habituales suplentes.

El seleccionador, Luis Aragonés, concederá minutos a todos los futbolistas que todavía no han debutado en la Eurocopa. Bueno, a todos menos a Andrés Palop, el tercer portero y que salvo que Pepe Reina sufra algún percance será el único que se quede sin jugar. Reina parece tener asegurado el puesto de guardameta titular en sustitución de Casillas. En el pasado Mundial 2006 en Alemania se llegó al tercer encuentro frente a Arabia Saudí en la misma situación, con la Selección ya clasificada. Aragonés alineó a los suplentes, pero no concedió un solo minuto a Reina, que a priori era el segundo portero. Dio la titularidad a Cañizares, que aquella tarde vistió por última vez la camiseta de la Selección. Ha llegado el momento de saldar esa deuda.

Silva, que sufre un esguince de tobillo, es baja segura y lo normal es que Luis también conceda descanso a los otros dos futbolistas del grupo con problemas físicos: Puyol, con una artritis postraumática en el pide derecho, y Cazorla, que sufre la misma lesión pero en el pie izquierdo.

Teniendo en cuenta lo mostrado por Aragonés en el entrenamiento vespertino del lunes, España formará contra Grecia con Reina en la portería; Arbeloa, Albiol, Juanito y Fernando Navarro en defensa; Xabi Alonso y De la Red como mediocentros; Sergio García como interior derecho, Iniesta por la izquierda, Cesc como enganche y Güiza como hombre más adelantado. Sin embargo, con el seleccionador siempre hay que dejar una puerta abierta a la sorpresa y hasta que la alineación sea oficial siempre se puede esperar alguna novedad.

Los diálogos de Luis De los titulares, sólo repite presencia en el once Andrés Iniesta, obligado por la ausencia de Cazorla. Al término del último entrenamiento del lunes, mientras se dirigían a los vestuarios, Aragonés mostró su lado más paternal con Iniesta, al que rodeó con su brazo por los hombros quizá para explicarle que su titularidad contra Grecia sólo era una anécdota y no un aviso de lo que podría suceder en cuartos de final.

También dialogó Luis con Dani Güiza, el encargado de sustituir al pichichi Villa y que en los entrenamientos efectuados en tierras austriacas no se ha mostrado demasiado acertado en los remates a portería.

Por la mañana fue a Sergio Ramos a quien le llegó el turno de intercambiar impresiones con el seleccionador camino de los vestuarios. Y es que Aragonés está muy pendiente de sus futbolistas y no quiere que nada rompa el excelente ambiente que se vive en el grupo. Uno de los principales activos de esta Selección, sino el más importante, es la magnífica relación que existe entre todos sus componentes.

Estrategia y Villa

Los cambios en la alineación traerán una novedad táctica en las acciones de estrategia, como faltas y saques de esquina. Hasta ahora hemos visto a los dos laterales, Sergio Ramos y Capdevila, incorporarse al ataque para aprovechar su capacidad en el remate de cabeza, mientras que los centrales, Puyol y Marchena, se quedaban cerrando. Contra Grecia veremos a los dos centrales, Albiol y Juanito, acudir al remate, mientras que los laterales, Arbeloa y Fernando Navarro, permanecen como hombres más retrasados.

Será interesante ver si Aragonés concede algunos minutos de juego a David Villa para que intente sumar goles en su carrera por el trofeo de máximo goleador de esta Eurocopa o si, por el contrario, decide reservarle para el choque de cuartos. No hay que olvidar que Villa sufrió un golpe de Puyol en el entrenamiento efectuado el pasado 3 de junio en Santander y no pudo ejercitarse junto a sus compañeros al llegar a Austria. Su recuperación, como demuestran sus goles, es total, pero tampoco hay que correr riesgos innecesarios.