Eurocopa 2008 | La Euroguerra
Fabada
El color amarillo. Alfredo Relaño dijo en Cuatro que el color amarillo (de los suecos) era también el de la paella. Al final fue fabada. El Guaje propuso la ración asturiana y acabó con la incertidumbre con la elegancia de un caballero del gol. Sin aspavientos, como decía José Hierro, sin vuelo en el verso. Gol y se acabó. Es la marca del zorro.
El balón. Hay que tener el balón, decía Camacho. España lo empezó a perder, pero anoche con la selección jugó la suerte, y los suecos se quedaron sin su imán, Ibrahimovic. Hay dos imanes suecos; se fue el de la diadema y se quedó Larsson, que es un peligro. Cuando se fue uno, por lesión, el otro dimitió en el campo, aunque algún uyyyy hizo saltar en la grada. Faltaba Puyol, que le conoce bien, pero a Larsson se le desactivó el imán. Ganó España por eso, y no sólo porque marcó Villa.
El trío azulgrana.No es por malmeter, pero lo cierto es que por un lado la lesión y por otro la voluntad de Luis borraron del campo a Puyol, a Iniesta y a Xavi, el trío azulgrana de la Selección. Nada que objetar, pero parecía simbólico. Hasta que empezó a actuar la medular sustituta, Cesc y Cazorla. El equipo corrió mejor. Me llamó Vargas Llosa al final del partido: "Segunda parte memorable". Y fue por ellos, Cesc y Cazorla levantaron en peso al equipo.
Justicia. Ganaron todos, también Silva, Xavi e Iniesta, aunque el equipo se durmiera un rato. Y al final venció el sabor de la fabada, muy indigesta para los suecos.