Luisiadas

Eurocopa 2008 | La Euroguerra

Luisiadas

Las banderas. En cuestión de símbolos vamos penúltimos; la rojigualda desfiló en ese lugar en la milimétrica inauguración de ayer. Carlos Martínez dijo en Cuatro que a lo mejor eso significa que podemos quedar los primeros en el podio. Millones de españoles se agarran a un clavo ardiendo con tal de esperar lo mejor de esta selección dubitativa. Y no hay mejor clavo que la bandera.

El himno. No hemos empezado y ya vamos los primeros. Somos España, donde hubo una vez que nunca se ponía el sol. Ayer también se especuló con el himno, después de escuchar los primeros, Chequia y Suiza. Bellos himnos, llenos de palabras. El nuestro sólo tiene música. Alguien dijo: "Pero tiene mucho sentimiento". Los himnos se cantan con las botas, en fútbol. Y de momento las notas que suenan son sordas.

El silencio. Tienen que hablar las botas. Luis Aragonés ha pedido silencio; los micrófonos, ni verlos. Dicen que Luis es sabio porque sabe que es malo que se sepa lo que hace. De lo que ha dicho en los entrenamientos ha tenido hasta juicios en Gran Bretaña, está escarmentado. De modo que quiere mantener secretos sus discursos a no ser que le salte esa liebre verbal que se le ve hasta en el pensamiento.

La seguridad. Le parece a Luis que hay demasiada seguridad alrededor, muchos micrófonos, mucha policía. Está como si el campeonato le incomodara. El mundo entero mira sobre el portugués Cristiano Ronaldo. En lugar de mirar a un futbolista nosotros miramos a Luis. Y España tiene que dejarse de luisiadas.