El Mallorca pone precio a F. Navarro: ocho millones

El Mallorca se ha tomado con mucha calma el mercado de fichajes para la próxima temporada. Por un lado mantiene una posición de negociación dura en cuanto a las posibles ventas se refiere, y comedida, casi con pies de plomo, a la hora de incorporar nuevos jugadores a su plantilla. De hecho, la intención de los responsables del club bermellón es firmar muy pocos jugadores, sobre todo si no hubiera traspasos en las próximas semanas.

El director deportivo del club, Nando Pons, busca dos medios centro, posición en la que no hay ningún efectivo tras la marcha de Basinas y Pereyra. Uno de los que más gusta, como viene contando AS, es el portugués Pedro Mendes. Pons tiene también sondeado el mercado de 'nueves' por si finalmente algún club pagase la cláusula de rescisión de Dani Güiza. El director deportivo mallorquinista tiene atado un medio ofensivo, en principio para la banda derecha. Se trata del jugador del Elche Óscar Díaz y está por ver si finalmente acaba firmando un lateral zurdo o uno diestro.

Sí está muy claro que para que el Mallorca firme un lateral primero deberá producirse el traspaso de Navarro, jugador por el que el Mallorca pedirá ocho millones de euros al Sevilla y Valencia, clubes que han preguntado por él. Por lo que se refiere al diestro, sólo se firmaría si Molinero expresa su deseo de marcharse. De momento el defensa no tiene intención de moverse de la isla y quiere cumplir el año de contrato que le falta.

Sobre las ofertas por jugadores bermellones de las que se está hablando en el mercado, el director general de gestión del Mallorca, Pedro Terrassa, dijo ayer que "es una buena noticia que el mercado quiera a jugadores del Mallorca. Las cláusulas son altas y eso obliga a negociar un traspaso. Nuestra posición es fuerte y haremos valer a nuestros jugadores. Si quieren tendrán que poner mucho dinero", manifestó ante las cámaras de IB 3 Televisión.

Grande se carga la camiseta gris

El Mallorca no volverá a vestir de gris. El propio presidente, Vicente Grande, decidió durante la temporada recién concluida que el equipo no vistiera más el que fue segundo uniforme durante la temporada, inédito en la historia mallorquinista. Ni a los jugadores ni a los aficionados les había convencido la camiseta gris.