Márquez y el árbitro

Segunda | Hércules 1 - Las Palmas 2

Márquez y el árbitro

Márquez y el árbitro

FITO GONZÁLEZ

El ariete desniveló el marcador tras un penalti inventado

En los prolégomenos del choque, Barrios, José Antonio, Giuliano, Carcelén y Varela saltaban al campo para recibir un homenaje como representantes del mejor Hércules de la historia, el de la campaña 74-75. Por entonces, los alicantinos eran un clásico de Primera División. Como Las Palmas. Canarios y blanquiazules libraban grandes batallas tanto en el Insular como en La Viña y posteriormente, en el Rico Pérez. La historia de los dos contendientes de ayer se torna de color rosa cuando se remontan 30 años atrás. Los éxitos de ambos estaban basados en la garra, la fuerza y la batalla. Sus estadios eran inexpugnables.

Tres décadas y pico después podría aplicarse el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor para ambos. Hércules y Las Palmas han logrado a duras penas la permanencia en Segunda y lo único que se jugaban ayer (y en las próximas tres jornadas) era dejar un buen sabor de cara a la campaña de abonos del curso que viene. Las Palmas lo consiguió. Fue justo vencedor a pesar de que el gol de la victoria llegó en una falta dos metros fuera del área que Pérez Montero metió dentro. Márquez y Adrián volvieron loca la defensa alicantina a la contra. Ellos dos se bastaron. El resto, a un ritmo cansino miraban desde la lejanía las carreras de los dos delanteros. El capitán volvió a mojar la oreja al Hércules. Y van dos años seguidos.

El Hércules arrancó bien. La lluvia caída en las últimas horas favoreció el juego de toque y espacios que les gusta a Tote, Mariño y compañía. Durante la primera media hora, los locales barrieron a Las Palmas pero no consiguieron reflejar en el marcador su dominio. Las Palmas, a base de achicar agua, salió a flote. Y visto que después de todo, aún iba empate a cero, decidió sacar la cabeza y probar a ese tal Unai Alba que había salido al campo pero que era un espectador más. Así, Márquez perdonó en el último minuto de la primera parte, de cabeza. Pero no, a los cuatro de la segunda. Los killers no perdonan dos veces. En un centro desde banda izquierda, Márquez la bajó con el pecho y mandó un zurdazo a la escuadra en milésimas de segundo. Golazo.

Goiko cambió el dibujo. Sacó al campo a Cámara, talismán en La Rosaleda, y dejó a Tote de ariete puro. La apuesta le salió redonda al vasco pues dos minutos después un error en cadena de la zaga canaria le regaló el balón a Tote para que rematara a placer. Santamaría evitó el gol a duras penas pero Ismael, atento, puso las tablas. Entonces apareció Adrián. A los 75', se marcó un jugadón dejando a cuatro herculanos en el suelo. Cuando el Rico Pérez se preparaba para aplaudir el golazo... tuvo que ovacionar el fallo. La mandó fuera. Pérez Montero y Márquez hicieron el resto.