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Primera | Zaragoza

"La plantilla es buena, pero la gestionamos mal"

Con una carga evidente de alivio, Miguel Pardeza cerró su etapa como director deportivo del Real Zaragoza. Las convulsiones vividas durante esta temporada que ha terminado en el descenso a Segunda le hicieron madurar desde hace semanas la decisión de abandonar el club.

Jorge Solans
<b>ZARAGOCISTA. </b>Miguel Pardeza explicó que no se ve ni en otra ciudad ni en otro club.
JAVIER BELVER

Me voy con la conciencia tranquila, triste y con las manos limpias. He sido leal al club y coherente". Podría ser un epitafio, es el resumen de una despedida. La marcha de Miguel Pardeza del Real Zaragoza mezcla el amargor absoluto del descenso, con la tranquilidad de haber llenado su trabajo de nobleza y con el alivio de cerrar una temporada esquizofrénica. Asumió responsabilidades, admitió errores, pidió disculpas... pero también reafirmó su obra. "Pese al desenlace final, quiero reivindicar la calidad individual de esta plantilla. Quizá todos sufrimos una especie de borrachera y no supimos mantener los pies en el suelo, es obvio que el grupo no ha respondido a las expectativas esperadas", describió Pardeza antes de enfocar una causa del desastre, quizá el problema más grave: "No hubo una buena gestión de los recursos, tanto por parte del banquillo como por los de fuera. Además, creo que faltó una idea integradora y conciencia de equipo".

Pese a alumbrar con su análisis algunas de las razones que desencadenaron el descenso del Real Zaragoza a Segunda División, Pardeza razonó que tal drama obedece a multitud de circunstancias; pero que, incluso admitiendo errores por acción u omisión, la tragedia no se razona. "El descenso ha confirmado la mala trayectoria del equipo, impensable al principio de la temporada. Buscar una sola causa es un ejercicio de autismo o maniqueísmo. Todos somos responsables, hemos sido muchos protagonistas", explica el ex director deportivo, quien resolverá todos los flecos legales de su contrato en los próximos días.

Esta temporada, desde el proyecto inicial con Víctor Fernández hasta el final con Manolo Villanova, la figura de Miguel Pardeza ha sufrido un desgaste mayúsculo en apenas diez meses. "Han sido seis años en el Real Zaragoza intensos y emocionantes. Me han enriquecido mucho, he aprendido más del fútbol desde otro punto de vista y me he conocido mejor como persona. Aunque no es la mejor forma de despedirme, es el momento. Me gustaría haber hecho más cosas, pero las urgencias de este mundo y las circunstancias marcan. Tengo una deuda pendiente con la cantera, pero la urgencia y la inmediatez que había a mi llegada en Segunda me impidió hacer más cosas. En cualquier caso, no me voy insatisfecho", relató Pardeza al inicio de su alocución ante los medios.

"Tenía la decisión tomada desde hace tiempo, pero en un año tan convulso no quise añadir más problemas públicamente. El combustible de mi motivación se ha ido agotando, ha sido un descubrimiento paulatino. Este año he sufrido más desgaste que en los cinco anteriores. No me he considerado un director deportivo vocacional, sino que acepté el cargo en su día como un reto personal y una aventura bonita", lanzó abriendo toda la lata de la sinceridad. "Mi vuelta al fútbol profesional es casi imposible. No me veo en ninguna otra ciudad ni en ningún otro club", añadió. Ahora continuará ligado al fútbol, que tanto le ha dado, desde otro rincón, el del análisis, y volverá a zambullirse en sus libros, en sus relatos, en sí mismo.

Cuatro técnicos. Cuando llegó el turno de preguntas, los nombres propios saltaron a escena de forma obligada. Desde el idilio inicial con el romanticismo de Víctor Fernández al recurso final al coraje de Manolo Villanova, pasando por la fugaz efervescencia de Ander Garitano y por el disparo al aire del atribulado Jabo Irureta. Al ser cuestionado por Víctor, Pardeza mostró la misma habilidad que sobre el césped en sus tiempos: "Es un tema irrelevante ahora. Tomar decisiones, tanto en el fútbol como en la vida, es difícil, nunca sabes si el futuro está asegurado. Me he equivocado en cosas, sí, pero creo que más por omisión que por acción".

El conflicto de Víctor con D'Alessandro supuso uno de los episodios más convulsos de la temporada, por lo que el nombre del argentino también asomó. "El club lo gestionó de la mejor forma posible y D'Alessandro se convirtió en cabeza de turco de una situación que se nos fue de la manos. D'Alessandro hizo mucho por complicar el asunto y a Víctor le faltó mano izquierda porque sabíamos que era un jugador conflictivo. En cualquier caso, eso no es una causa principal de lo ocurrido esta temporada".

A la destitución del entrenador, abanderado del proyecto con el que desembarcó Agapito Iglesias en el club, le sucedió el ascenso desde el juvenil de Garitano, quien aguantó en el cargo diez días y dos partidos (uno de Copa y uno de Liga). "Fue un episodio duro y doloroso por él y por la situación que desencadenó. Me une con él una gran amistad, las señoras y las familias lo pasaron muy mal. Yo le entendí desde el punto de vista humano", admitió Pardeza.

Y, tras la espantada de Garitano, se recurrió a Irureta, entrenador abandonado a sí mismo en un retiro del que el Zaragoza le rescató inexplicablemente. "El mercado de entrenadores no ofrecía muchas posibilidades en esos momentos de la temporada, así que en el club se optó por tomar esa decisión", dijo Pardeza para explicar su llegada. Y a continuación resumió su salida: "Había la sensación de que el equipo necesitaba un retoque táctico y cuando vio que eso no funcionaba decidió marcharse. En realidad, el equipo nunca tuvo el equilibrio necesario entre la defensa y el ataque".

Respecto a la posibilidad de haber engordado la plantilla como una medida que hubiera evitado la trágica temporada, Pardeza comentó que "la tarea de fichar jugadores es mucho más complicada de lo que la gente piensa, no es como ir a El Corte Inglés para escoger aquello que buscas y con la talla adecuada. No siempre el mercado ofrece lo que te gustaría. Hicimos una oferta en verano por Coloccini que no llegó a buen puerto porque fue rechazada por el Deportivo". ¿Y el mercado invernal? "No me arrepiento de no haber fichado entonces. En enero intentamos el fichaje de Piqué, pero no fue posible".

Futuro. Miguel Pardeza abandona la dirección deportiva del Real Zaragoza, donde ha trabajado codo con codo con Pedro Herrera, secretario técnico, quien continúa por ahora en el club. ¿Qué le parece a Pardeza que Herrera no dimita? "No puedo hablar de justicia o injusticia, sino respetar a todos los profesionales del club con los que he trabajado. Ha habido muchas horas de trabajo, de risas y de llanto. Tanto con Herrera como con Agapito Iglesias y Eduardo Bandrés".

Su despedida dejó un poso de tranquilidad sobre el futuro de la entidad. "Quiero transmitir un mensaje de esperanza. Agapito ya está trabajando y tomando las medidas adecuadas para que el Zaragoza vuelva a Primera", afirmó con convicción. Además, Pardeza prescribió la filosofía de cambio firmada por el máximo accionista el día anterior en su comparecencia: "El club necesita reformas, actualizarse y modernizarse. En todos sus estratos. Y la plantilla actual y su nivel salarial exigen medidas".

Pero igual que pidió cambios pidió tiempo. "El club necesita días de reflexión. Estamos en un mundo de detalles que exige máxima concentración. Ahora se debe seguir el orden jerárquico natural: primero, fichar a un director deportivo, y luego, al entrenador. No hacerlo así sería una incongruencia, saltarse los tiempos". Y, por supuesto, se acordó de la afición: "Es un patrimonio sentimental importantísimo. No puedo quejarme del trato general de la gente".