Alves se despidió en el día de la solidaridad

El fútbol se unió para dar una lección de solidaridad. La idea de Kanouté y UNICEF de recaudar fondos para los niños de Mali, a la que el Sevilla se sumó para recordar al fallecido Antonio Puerta, brilló en el Sánchez Pizjuán. La chispa, la competencia, la necesidad y las cuentas pendientes se olvidaron por una doble buena causa.

La cita transcurrió entre roces amigables de estrellas como el propio Kanouté, Adebayor, Etoo, Diarra, Alves, Henry, etc. Suker, viejo ídolo en tierra nervionense, recibió un cariñoso recibimiento. La noche tuvo una curiosidad. Courtois, representante del Levante, fue el encargado de abrir el marcador. En medio del drama económico que sufre el equipo levantino, el gesto de acudir al encuentro debe tener su reconocimiento.

Pero el fútbol no descansa ni los días de fiesta. Con la temporada a punto de expirar, los rumores sobre el futuro de muchos de los cracks que anoche estaban en el campo se han disparado. La imagen de la noche, sin duda, fue la unión de un puñado de jugadores por una causa solidaria. Aunque la noticia tuvo un nombre propio: Daniel Alves. En el ecuador de la primera parte, Jiménez relevó al brasileño por su compatriota Adriano. Era el primer cambio del encuentro. En principio, el arranque de las obligadas rotaciones en un partido amistoso. Pero la salida de Alves del terreno de juego tuvo una enorme carga de información. Fue una despedida en toda regla. Levantó los dos brazos y dio varios giros sobre sí mismo para despedirse de los aficionados. Era su último adiós. La expulsión en el campo del Betis no le permitirá jugar el domingo. Y la sensación que transmitió es que había vestido por última vez la camiseta sevillista. Minutos más tarde, era entrevistado por TVE y ahí firmó su despedida: "Aquí lo he dado todo y ha llegado el final. Tengo varias opciones de futuro y las meditaré con tranquilidad. Espero que todo el mundo quede contento y yo pueda dejar la idea de haber sido un gran profesional".