La fiesta europea se aplaza

El empate ante el Athletic sabe a gloria. Da el derecho al Racing a depender de sí mismo para lograr el sueño europeo y eso, a estas alturas, es un lujo al alcance de muy pocos. Es cierto que hay un resquemor porque durante muchos minutos, demasiados, el equipo de Marcelino estuvo matemáticamente clasificado para la UEFA gracias a los resultados momentáneos de Mallorca y Depor. Hasta que el Barça cometió su enésima gambada de la temporada. Los culés desaprovecharon un 2-0 que daba la gloria al conjunto cántabro pero con su patética actitud todo se vino abajo. Una pifia que no sólo desconsoló al 'soci' sino también a los futbolistas verdiblancos, que iban recibiendo las malas noticias desde el banquillo visitante de San Mamés.

Al final, Colsa, Duscher y Tchité se quedaron sobre el césped para escuchar el desenlace final en Can Barça y se retiraron a los vestuarios con cara de pocos amigos. Pero todo cambió tras la ducha. Una vez en Hoznayo, donde la expedición paró a cenar, reinó el optimismo. Los jugadores lo vieron hecho por momentos, pero saben que aplazar el objetivo a la última y dramática jornada en casa frente al necesitado Osasuna dará mayor heroicidad al logro. Nadie dijo que fuera a ser fácil. No duden. Europa abrirá sus puerta al Racing.