Primera | Getafe 4 - Almería 2

Manu, héroe de Getafe

Salió, remontó al Almería y da la permanencia virtual

<b>LA FIESTA DE LA REMONTADA. </b>Los jugadores del Getafe celebran uno de los goles que les dieron la victoria y la salvación virtual.
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Manu es del sur, pero no de Madrid. Su sur es Andalucía, Jaén, que se alborota cada vez que Manu, el único héroe que le queda en Primera, monta un escándalo como el de anoche, cuando se echó al lomo al Getafe y levantó un partido que olía a quemado desde antes y que fue más extraño después, con el Almería en plan Atila el primer cuarto de hora y luego sometido como un gatito. Acabó como un azucarillo, manejado por un Getafe que ha perdido las ideas que le hicieron grande hace nada, pero al que le quedan arrestos de sobra para acabar la temporada con dignidad. Para Torres no es suficiente, pero sí necesario.

Que el depósito del Getafe está en las últimas es demostrable en la celebración del tercer gol, un éxtasis colectivo superior a los de Múnich o Santander. Porque vieron el peligro de verdad, y estuvieron en el alambre cuando Crusat y Licht (él no quería) pusieron el 0-2.

Emery cogió a contrapié a Laudrup. Dejó su sistema fetiche (4-3-3) en el cajón, se cargó a Negredo y apareció como un ortodoxo, con un 4-4-2. Delanteros, Kalu Uche (versión light del hermano, golpeado por la enfermedad del beso) y Paunovic, que casi se pone a llorar cuando el remate de Licht entró en la portería del Pato. El 0-2 era cartón piedra, porque al que le apretaba la corbata era al Getafe. Pidió un poquito de clemencia al Almería, que se escondió, y sacó los tanques.

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Y, aunque marcó Licht, el panorama cambió de verdad cuando entró Manu por Gavilán. Granero jugó desde donde más le conviene partir, la izquierda, y Manu, donde quiso. Sus carreras fueron imposibles para Cisma, Pulido, Carlos García o el que fuese. Con la izquierda, con la derecha. Zancada y disparo, qué mejor virtud para un delantero. La remontada fue cuestión de hambre, porque al Almería no pareció importarle demasiado gastar o no su última bala hacia Europa. No hubo un guión evidente en la remontada, sólo que era inevitable.

El Almería no quiso molestar mucho. Ya ha hecho su trabajo. El Getafe quiso hacer la Sagrada Familia y se ha conformado con una capilla, pero por cómo le premió la afición, da la sensación de que con presentar el proyecto es suficiente. Ideas y atrevimiento. Y Manu, un proyecto de jugador que nació en La Gloria y en las escuelas municipales de Jaén y que busca sus límites. En Getafe ya es un poquito más héroe desde anoche. El sur de Madrid le agradece su permanencia en la sala noble.

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