Marcos Senna, a lo Zidane

Cuando José Manuel Llaneza, consejero delegado del Villarreal, fichó a un entonces desconocido brasileño del Sao Caetano llamado Marcos Senna, comentó: "este va a ser un fenómeno". ¡Mano de santo! Senna fue capaz de superar hasta una grave lesión para consolidarse como uno de los mejores centrocampistas de España. Imprescindible para Luis Aragonés, ayer volvió a ratificar lo que todos sabemos: ¡es un futbolista impresionante!

Pónganse en situación. Minuto 16. Betis y Vilarreal proponen desde el minuto uno fútbol directo, ofensivo, tenaz, interesante y muy del gusto del espectador. El balón circula por el centro del campo y lo recoge don Marcos. Levanta la cabeza y observa que Casto está ligeramente adelantado (pero no mal colocado). Con la rapidez de la luz y la inteligencia de Einstein ejecutó un fantástico disparo desde esa distancia tan descomunal (unos 50 metros). El balón se envenenaba a medida que llegaba a la portería bética. Se coló por la mismísima escuadra. ¡El golazo de la Liga, sin duda alguna! Mientras sus compañeros felicitaban al artista por su magna obra, el estadio Ruiz de Lopera, con exquisita deportividad, reconoció las cosas como son y aplaudió la obra de arte que les acababan de regalar.

Goles como éste no se ven todos los días. Zinedine Zidane le marcó uno muy parecido, precisamente al portero bético Pedro Jaro, en un partido de la Copa de la UEFA cuando el astro francés jugaba en el Girondins de Burdeos. Los madridistas Santi Aragón y Gica Hagi colocaron goles de esta impagable factura al Barcelona. Quizá, el marcado desde una mayor distancia lo consiguió el también jugador del Real Madrid Mikel Lasa al Sevilla (desde unos 70 metros de distancia).

Con el 0-1 en el marcador, el Betis buscó con fe y ráfagas de muy buen fútbol el portal de ese buenísimo portero que es Diego López. Pero el Villarreal, también. Así, Casto realizó tres intervenciones con marchamo de gol a disparos del inquieto turco Nihat o del fibroso italiano Rossi, sin resultado alguno. El partido era un toma y daca de ritmo altísimo. No había respiro para nadie. Fue una pena que Teixeira Vitienes decretase el final del primer tiempo.

El ritmo del partido fue decreciendo conforme avanzaban los minutos. Normal. ¡30 grados en Sevilla son demasiado para el cuerpo! Aun así los equipos siguieron con su valerosa lucha. Capdevilla, que estuvo sobresaliente, impidió con su amalgama de rapidez, valor y técnica cualquier tipo de escapada del alemán Odonkor (cada vez está mejor y con más confianza), Las torres defensivas del equipo entrenado por Manuel Pellegrini no dieron ninguna facilidad a José Mari, que ayer se vació en el campo. El hombre se mató. No se escondió y tuvo sus opciones de hacer su golito, cuando no le fallaba la puntería, aparecían los Godin, Diego López, Gonzalo y compañía.

Champions. El Villarreal se empeñó en retrasar el alirón del Real Madrid. Los madridistas lo tenían todo apalabrado para celebrar su 31 Liga si el Betis ganaba. Pero ayer no era el día porque la tarde fue memorable para los castellonenses. Con cuatro jornadas de antelación se clasifican de forma matemática para la Champions League. Y lo mejor, tiene todas las papeletas de hacerlo como subcampeón de Liga por delante de todo un Barcelona. Ahora es el momento en que echará de menos esos puntos tontos que dejó de ganar contra escuadras de Andalucía como Betis (en la primera vuelta), Sevilla, Almería o Recre. ¡Ahora estaría por delante del Real Madrid! Pero no es motivo de lamentarse, sino de celebrar la excelsa campaña del que ha sido, sin ninguna duda, el mejor equipo que ha pasado por Ruiz de Lopera.

Y al final, mal rato para Paco Chaparro y su preparador físico, Carmelo del Pozo, que fueron expulsados. Así se llegó al final de un partido que consolida al Villarreal como el segundo mejor equipo de España y frena a un Betis que, visto lo visto, puede hacer mucho más que festejar la permanencia.

El detalle: detenido por otra botella

A mediados de la segunda mitad, otro cafre aislado lanzó una botella al terreno de juego. A diferencia de lo que pasó con el portero del Athletic, Armando no impactó en ningún jugador del Villarreal. La gente, que presenció su acción se encaró con él llamándole "¡tonto, tonto!", hasta que la seguridad del equipo verdiblanco se lo llevó detenido en medio de la indignación del resto de los aficionados. Algunos no escarmientan.