El Espanyol se despide de Europa y el Zaragoza se hunde un poco más

Primera | Espanyol 1 - Zaragoza 1

El Espanyol se despide de Europa y el Zaragoza se hunde un poco más

El Espanyol se despide de Europa y el Zaragoza se hunde un poco más

Rodolfo Molina

Espanyol y Zaragoza firmaron esta tarde un empate que les puede servir de muy poco, por no decir de nada, de aquí a final de temporada. Los catalanes han dicho prácticamente adiós a Europa y los maños están, a falta de cuatro jornadas, más cerca de jugar la próxima temporada en segunda división.

Ninguno de los dos mereció llevarse el partido, aunque tampoco hicieron excesivos méritos para perderlo. El resultado, aunque malísimo para los intereses de ambos, fue el justo premio al discreto fútbol que exhibieron hoy en Montjuïc. Hay equipos que no están preparados para jugarse el descenso, aunque cuenten en sus filas con futbolistas de la talla de Oliveira o Aimar. Para colmo, al Zaragoza de hoy le faltaban Diego Milito (lesionado) y Ayala (sancionado) y así todavía se hace más difícil creer que la zona caliente de abajo no es el lugar que te corresponde en la Liga.

Lo de los maños hasta final de temporada va a ser una agonía, porque no saben, no pueden, jugar como les gustaría cuando desde hace ya demasiado tiempo van notando como la soga de Segunda les aprieta cada semana un poquito más el cuello. Al equipo de Vilanova se le ha olvidado jugar al fútbol, igual que el Espanyol, un conjunto que hace seis partido que no gana y que llevaba los cinco últimos sin oler el marco rival.

Los de Valverde, aunque matemáticamente salvados hace ya muchas jornadas, tampoco están para florituras. La segunda vuelta se les está haciendo muy larga y hoy debían decidir si disparaban la última bala que tenían en la recámara para reengancharse al tren europeo o enfundaban esa pistola cargada con ese último cartucho relleno de plomo hasta la temporada que viene.

El conjunto blanquiazul dominó más, creo más juego durante la primera mitad, aunque hizo bien poca cosa: un par de remates de Riera y Torrejón, algo más de posesión de balón y una mayor dosis de intensidad en el centro del campo. El Zaragoza, que transita por la cornisa de la clasificación del mismo modo que lo hace sobre el terreno de juego, de puntillas, temeroso, agarrotado y sin convicción, se acercó a la portería de Kameni en un par de lances protagonizados por Gabi y Aimar, lo justo para desperezarse hasta dejar que llegara el descanso.

Llegan los goles

El partido no mejoró tras la reanudación, pero el conjunto visitante puso algo más de su parte para buscar el gol. Paredes a punto estuvo de sorprender a Kameni a los diez minutos de la segunda parte, pero fue un centro envenenado de Riera, que sorprendió a un César adelantado, el que rompió el partido al cuarto de hora (1-0). A los zaragocistas les costó levantarse tras el tanto blanquiazul y para cuando volvieron a tomarle el pulso al choque, el Espanyol ya había retrasado sus líneas, se había protegido bien atrás y empezaba a sentirse a gusto a la contra.

En una de esas transiciones, los locales estuvieron muy cerca de hacer el segundo, pero Luis García no alcanzó a poner la puntera a un centro raso de Rufete por la derecha con César ya batido. Tenía que ser, por tanto, una jugada aislada, una de esas acciones extrañas la que permitiera al Zaragoza llevarse algo del Olímpico, y ésta ocurrió a falta de cinco minutos para el final.

Rufete despejó con la mano dentro del área, una falta desde la frontal, y Oliveira batió a Kameni desde el punto de penalti (1-1). Una media vuelta de Sergio García que rozó el palo del meta camerunés en el último suspiro del partido pudo haberle dado los tres puntos al conjunto visitante. Al menos, ese resultado hubiera servido de algo a uno de los dos. El empate, por el contrario, les deja ambos un regusto a derrota. Al Zaragoza le tocará sufrir hasta el final. El Espanyol desea que esta Liga se acabe cuanto antes.