San Mamés quiere toda la marcha

Después de la escaldada de A Coruña, el Athletic estaba obligado a ofrecer un gesto de descargo a su afición. Nada mejor que hacerlo ante el Valencia, que aunque en la Liga es una montonera de problemas, estrenó su condición de campeón de Copa en San Mamés. Será por tradición (son ya 19 los años que el campeón de Copa no ha sido capaz de ganar su siguiente partido) o por las dudas de los naranjas, pero el encuentro siempre estuvo en la mano del Athletic. Su gente lo merecía. Querían marcha y los de Caparrós se la dieron. Primero con la insultante capacidad de Javi Martínez (y no por el gol, que medio tanto es de Albiol) y después por el olfato de Fernando Llorente, que llevaba varias semanas sin meter regalos en su mochila. Lo consiguió a los ojos de Koeman, que es el técnico que más le ha padecido esta temporada. Dos golitos en Mestalla y el postre en La Catedral. El segundo se lo debe a Garmendia, a Iraola y....a la suerte.

La grada dejó claro que le va lo bueno y está harta de comer migajas. Desde el principio, desde que todo estaba igualado y Villa amenazaba con meter miedo a Armando. Siempre confiaron y cuando Llorente hizo el tercero el público explotó como tiempo atrás. Han sido muchos meses de sufrimiento y necesitaban algo así.