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Internacional | Inglaterra

Benítez está harto de la guerra entre accionistas

El técnico pide explicaciones por la reunión con Klinsmann

<b>CANSADO. </b>Rafa Benítez en un partido con el Liverpool.
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El día que se recordó a los 96 aficionados del Liverpool que un día como ayer hace 19 años murieron en Hillsborough sirvió para establecer una tensa paz en los pasillos de Anfield. Pero la guerra que ha convertido al legendario club inglés en el último sainete del mundo del fútbol no ha acabado. En la próximas veinticuatro horas Tom Hicks, uno de los dueños del club, se dejará entrevistar para seguir desprestigiando al copropietario, George Gillett, y a su máximo aliado, el director ejecutivo del club, Rick Parry. En juego están las riendas del club.

Hicks insiste en que pronto tendrá el poder financiero para adquirir el 50 por ciento de Gillett, con quien no se habla. Se dijo en su día que Hicks había montado la reunión con Klismann en la que se le ofreció el cargo de entrenador y ahora se sabe que en ella estuvieron presentes Parry y Gillett. Se ha contado que Hicks sólo quería vender el club para sacar beneficio, cuando en realidad Gillett (de nuevo apoyado por Parry) fue el primero en ofrecer su 50 por ciento a la familia real de Dubai. Nadie cree a nadie y todo el mundo miente. ¿Y Benítez? Su futuro hoy no corre peligro, ha tenido que manejarse con cuidado entre las aguas movedizas del club. Se equivocó de enemigo al enfrentarse a Hicks, con quien ahora tiene una relación cordial y no puede contar con el que iba a ser puente entre los dueños y él, Foster Gillett, porque no se sabe por dónde anda. Benítez prefirió cancelar por primera vez la rueda de prensa de los viernes para no meterse en líos, pero cuando se enteró que Parry le había mentido sobre Klinsmann, negando su participación, exigió explicaciones.

Parry aún tiene buenos apoyos

Tom Hicks ha acusado a Rick Parry de ralentizar el crecimiento del club, especialmente a nivel comercial, pero también deportivo. Hicks está bien informado de las operaciones que han fracasado debido a la insistencia de Parry de renegociar contratos y traspasos sobre los que ya había un acuerdo. Se ha perdido así a Vidic, Heinze y Malouda. El poco peso que Parry tiene en la federación es otra de las quejas del americano que pidió hace unos días su dimisión. Como debe aprobarse por la junta directiva, los aliados de Parry le protegerán.