El todopoderoso Alves mantiene vivo al Sevilla

Hay que buscar mucho en los rincones del fútbol para encontrar un jugador más completo que Daniel Alves. Los recientes éxitos del Sevilla siempre tendrán que relacionarse con la explosión de un desconocido brasileño, que pasó de ser una barata e interesante promesa a atesorar las privilegiadas cualidades de un elegido.

El ciclo del mejor Sevilla de la historia sólo finalizará cuando él busque otros horizontes. Mientras tanto, la gloria siempre estará al alcance de las manos. El Mallorca sufrió el vendaval que creó en cada acción. Sobre todo, a partir de la última media hora, cuando Jiménez decidió jugar con dos puntas, abandonando el medroso planteamiento inicial. Porque hasta ese momento, nadie estuvo a la altura de una cita en la que se jugaba la permanencia y la Champions.

Manzano preparó un partido feo para el rival y acabó enredándolo, gracias también a los miedos de Jiménez. Luis Fabiano se perdió entre Nunes, David Navarro y Basinas. Renato andaba demasiado lejos para echarle una mano. El Sevilla quiso reforzar el centro y olvidó el ataque. Güiza, Arango y Jonás se activaron pronto, buscando las espaldas, pero se apagaron con el paso de los minutos. Una desastrosa salida de Moyá le dio la vuelta a las favorables sensaciones que marcaba el encuentro. Sólo fue por unos instantes.

Nada más despertar la segunda parte, Güiza le robaba la cartera a la débil defensa sevillista, que sigue convirtiendo cada balón de Nivea en mortales bombas racimo. En el descanso, Jiménez había retirado a Luis Fabiano y ahora el problema le quemaba en las manos. Apostó entonces por armar un ataque con dos delanteros. Sacó a Koné y la cosa funcionó.

Impulsados por un torbellino, Kanouté estrellaba un balón al palo y convertía en gol otro centro del huracán Alves. Con el Sevilla volcado, el genio transformó una caja de palillos en un misil. Acunó un balón, que pasaba por la frontal del área, para inventarse un zurdazo letal. Un lujo. La última perla de la verbena defensiva visitante hizo creer al Mallorca. Pero era tarde. El poder de Alves ya había causado efecto.

Jiménez: "Hicimos todo para ganar"

"Hemos conseguido un resultado importante. Queríamos ganar y hemos hecho todos los cambios con esa intención. No nos conformábamos con el empate. No hemos hecho un buen primer tiempo, pero nos fuimos ganando, y en el segundo teníamos que haber sentenciado antes el partido. Parece que le queríamos dar emoción al partido. No nos pueden seguir pintando la cara a balón parado. Hemos ganado el partido sufriendo".

Manzano: "Aún nos faltan tres puntos"

"Todo equipo, antes de pensar en Europa, debe asegurar la permanencia. Eso lo habríamos tenido ganando el partido, y no pudo ser. Por lo tanto, habrá que seguir pensando en el primer paso. En la primera parte fuimos superiores y nos fuimos al descanso con un 0-1 que no justificaba el juego. Llegó en una jugada desgraciada. En la segunda mitad, el Sevilla se jugó todas sus opciones ofensivas. Nos quedan tres puntos para salvarnos".