Primera | Real Madrid - Murcia
Pepe y Robinho contra el Murcia de Clemente
Ganar en el Bernabéu vale medio título o medio descenso
No falta de nada. El Real Madrid se juega una Liga posible, el Murcia un descenso probable y además visita el Santiago Bernabéu Javier Clemente, que es un histórico adversario del madridismo por convicción propia y exaltación popular. Con tanto sobre el tapete nadie debería despreciar el partido o darlo por ganado, y ni siquiera por perdido, porque las sorpresas se cultivan así, entre la confianza y las estadísticas.
Empezaremos por Clemente. Para muchos, con el tiempo, se ha convertido en un enemigo entrañable, de los que apetecería frecuentar en lugar neutral y desarmados ambos, porque la fidelidad también se debería premiar en los casos de rivalidad eterna. Son tantas las peripecias de su carrera profesional que a Clemente se le ha pegado algo del Bogart de Casablanca, el mismo descreimiento de barman, y no es difícil imaginarlo con gabardina y sombrero de ala, confundiendo a los periodistas con el ejército de ocupación.
Afiliado a las causas perdidas, Clemente ha encontrado en Murcia el escenario perfecto, un equipo desesperado y buenos campos de golf. A siete puntos de la salvación, el reto es descomunal, pero cuenta con un antecedente cercano: el Mallorca estaba a diez puntos de la salvación en la temporada 2004-05 y logró 15 puntos en las siete últimas jornadas. Y se salvó.
En esas condiciones y con ese entrenador, la visita al Bernabéu debería ser un electroshock para el Murcia, la resurrección o el gratinado. Hablamos del equipo de Primera División que lleva más tiempo sin ganar como visitante (1-4, en Valladolid, el 30 de septiembre). Desde entonces, ha sumado cuatro empates y nueve derrotas en sus trece últimas salidas.
Lo cierto es que los números del Murcia fuera de casa resultan aterradores, ya que sólo ha ganado uno de los últimos 40 partidos de Primera que ha jugado a domicilio: un empate y cuatro derrotas en la temporada 88-89, cuatro empates y quince derrotas en la 2003-04 y una victoria, cinco empates y diez derrotas en la 2007-08.
El Madrid vive en otro mundo. Por primera vez en muchos años otros equipos se reparten el protagonismo que solía acaparar él, y así, durante la semana, se han comentado la hazaña sin premio del Getafe y las turbulencias del Barcelona, sin que apenas nadie mencionara al líder o a su entrenador.
Quizá eso haya mejorado el humor de Schuster, que ayer estuvo tan conciliador que se declaró gemelo de Clemente y es verdad que algo tienen los rubios del mundo que les une, y las rubias también. La cercanía del título hace olvidar que el Madrid sólo ha ganado un partido (3-1 al Sevilla) en las cuatro últimas jornadas con un empate (1-1 en Son Moix) y dos derrotas (1-0 en Riazor y 2-3 con el Valencia).
Si Clemente ha preparado sin disimulo un once fundamentalmente defensivo a la espera de una conexión milagrosa (Movilla, Aquino, De Lucas, Goitom), Schuster presentará un once con cambios sustanciales. Así, se espera que Robinho ocupe el puesto de Higuaín, que defraudó en Mallorca. Eso sí, empezará en la izquierda, la banda que más daño hace al Murcia (ha encajado 19 tantos por ese flanco). El brasileño no era titular desde el 23 de marzo, ante el Valencia. Pepe también regresa al centro de la defensa y la sanción a Ramos abre las puertas del lateral a Miguel Torres. También en la diestra se mantiene el renacido Robben.
Goleador.
El Madrid es el favorito indiscutible. Se trata del equipo más goleador en su estadio y únicamente ha perdido dos partidos en casa. El Murcia, por su parte, sólo ha arañado un punto en sus 17 visitas a feudo madridista (trece de ellas fueron en el Bernabéu): 1-1 en 1973, con goles de Mas y Vera.
Según eso, no habría partido. Pero lo hay. El Murcia es un equipo herido y lo entrena Javier Clemente Lázaro, que nada es casualidad. Un equipo entrenado por él no gana al Real Madrid desde el 27 de febrero de 1999: 3-2 con el Betis en Heliópolis. Eso es lo que asusta.