Primera | Athletic - Espanyol
Valverde, un mal invitado a la fiesta de Caparrós
El Athletic necesita reconocerse como un candidato a jugar en Europa
Desde que el Athletic ganó hace dos semanas al Getafe en la planta noble de Ibaigane se ha instalado un mensaje de deber cumplido: "El objetivo está casi conseguido", destacó entonces el presidente Fernando García Macua. No era otra cosa que la permanencia lo que perseguían los rojblancos. Pues bien, dos semanas más tarde, sin espacio matemático para haber disfrutado de la salvación, a los rojiblancos les entra el gusanillo europeo. Eso es lo que recorrería sus estómagos si esta noche ganan al Espanyol y el Sevilla no es capaz de poder con el Villarreal. ¡De hacer cuentas por la salvación a darse codazos por entrar en UEFA!
La felicidad puede hacerse un hueco en Bilbao si el equipo de Caparrós, que sólo ha perdido uno de sus últimos seis partidos, hace los deberes ante un Espanyol que vive desde hace semanas al margen de la razón. Es así porque nadie se explica por qué los de Valverde han pasado de tocar el cielo a exponerse a quemarse con el fuego del infierno, que es lo que traería consigo no clasificarse para un torneo continental después de haber estado media temporada soñando con una plaza en la Champions.
Caparrós, y por extensión su Athletic, llega a la trifulca sacando más pecho que su rival. Pero eso no quiere decir nada, porque Valverde siempre es un mal cliente. ¿O a alguien le extrañaría que el Espanyol remonte vuelo en Bilbao? Tiene equipo, jugadores y estilo. Lo saben en la Barcelona perica y en la Euskadi rojiblanca.
Saltarán chispas.
Que no queden dudas de que la que se espera será de espanto, no en vano el Espanyol está obligado a cortar su mala racha: de los doce últimos partidos sólo ha sido capaz de ganar tres y ha perdido los otros nueve. Encima, la delantera blanquiazul lleva más de 180 minutos a dos velas. Y, de remate, los catalanes no ganan en terreno rojiblanco desde hace siete temporadas.
Si a esa vorágine de chascos espanyolistas se une que el Athletic quiere reconocerse como un equipo con sensaciones europeas, la batalla está servida. Los dos equipos se conocen bien porque se han visto las caras tres veces este curso: en Liga ganó el Espanyol; en Copa pudo el Athletic. A penaltis.