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Primera | Mallorca 1 - Real Madrid 1

Un punto sufrido

El Madrid sacó de Son Moix un punto con sufrimiento y con polémica. El empate coloca al Mallorca a cuatro puntos de Europa a falta de la jornada del domingo.

Pablo H. Ramos
Actualizado a
<b>SUFRIENDO.</b> El Madrid tuvo que sudar para arrancar un punto de Son Moix.
SUFRIENDO. El Madrid tuvo que sudar para arrancar un punto de Son Moix.AP

Si el Madrid acaba perdiendo esta Liga se acordará de partidos como este, o como el de Murcia, o como el del Ruiz de Lopera... Partidos en los que dominó media hora, se adelantó en el marcador y acabó cediendo puntos ante equipos inferiores en teoría pero mucho más valientes en la práctica.

La salida del Madrid fue la de un equipo que quiere ganar el título, buscando el área de Moyà, encerrando al Mallorca en su campo y manteniendo la posesión del balón, aunque le costó un mundo crear peligro, que solo llegó en forma de disparos desde fuera del área.

Mientras, el Mallorca supo hacer su partido, esperando las embestidas blancas, y poco a poco haciéndose con el control sin necesidad de tener el balón. Ibagaza fue mejorando y el equipo balear creció desde su posición, y el duelo se equilibró en el centro del campo. De los primeros minutos de dominio madridista se pasó a un periodo de 'stand-by', hasta que surgió la polémica.

Polémica

El árbitro tuvo un protagonismo especial, provocando hasta en tres ocasiones la pañolada de Son Moix. En el minuto 29 anuló por fuera de juego que no existía un contraataque que iba a dejar a Basinas solo frente a Casillas. En el 33 anuló un gol a Navarro por una supuesta falta previa de Arango sobre Sergio Ramos, y al borde del descanso no pitó penalti en una mano involuntaria de Cannavaro.

La última fue la decisión más acertada, ya que el central italiano no intenta frenar el balón, pero las dos anteriores, más que dudosas, ya habían sido suficientes para encender a la afición del Mallorca.

Aparece Robben

En medio de tanto jaleo surgió Robben para empezar a justificar los 36 millones que costó en verano. El holandés se ató el balón a la bota y se atrevió con un eslalom de los que tendría que ofrecer un domingo tras otro. Dejó atrás a dos defensas y puso el balón para que Raúl rematara a placer, pero el '7' no llegó gracias a una estupenda intervención de Moyà. La llegada de Sneijder desde atrás fue definitiva, empujó el balón y adelantó al líder.

Pese al golpe emocional, el Mallorca demostró ser un equipo hecho y derecho porque no se vino abajo y siguió haciendo su fútbol, con Ibagaza, Varela y Jonás muy enchufados. La segunda mitad ofreció un cambio de papeles, con el Madrid esperando el contraataque que sentenciara y el Mallorca sin complejos a por el empate. Además, Sergio Ramos fue expulsado por doble amarilla y dio más aire todavía a los de Manzano.

Sufrimiento blanco

Los veinte últimos minutos fueron un ataque continuo del Mallorca, que encontró su premio en una rosca maravillosa de Borja -tras asistencia sublime de Arango- que entró por la misma escuadra. Fue un premio justo para el Mallorca y un castigo justo para el Madrid.

El líder desapareció de Son Moix tras el empate, y la insistencia bermellona (a la que ayudó los cambios sin sentido de Schuster) no encontró la victoria por un fallo clamoroso de Güiza, que estrelló el balón en el larguero cuando estaba solo contra Casillas.

Al final, un punto para cada uno, y aunque el global del partido puede que sea justo -un tiempo para cada uno, al margen de la polémica arbitral- las sensaciones que deja el Madrid son mucho peores que las del Mallorca. Queda mucha Liga.