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Liga de Campeones | Arsenal 1 - Liverpool 1

Arderá Anfield

El Liverpool de Fernando Torres consiguió salir vivo del Emirates Stadium en un partido en el que el Arsenal pudo sentenciar la eliminatoria. La suerte estuvo del lado de los de Benítez, que afrontarán el partido de vuelta en su estadio con ventaja. Adebayor adelantó a los locales y Kuyt empató.

ABEL ROMERA
<strong>DESAPARECIDO.</strong> Fernando Torres fue una isla en el ataque del Liverpool. El jugador de moda en la Premier no pudo continuar con su racha goleadora.
DESAPARECIDO. Fernando Torres fue una isla en el ataque del Liverpool. El jugador de moda en la Premier no pudo continuar con su racha goleadora.AP

Teniendo en cuenta la solitaria presencia del Barcelona en la Liga de Campeones, el encuentro entre el Arsenal y el Liverpool se había convertido en un duelo con muchos alicientes debido a la presencia de jugadores de nuestro país. En el enfrentamiento número 200 entre los "Gunners" y los "Reds" estaba en juego dar un paso más hacia la consecución de la máxima competición continental.

Sobre el césped, dos de los jugadores que pasean con más brillantez el nombre de España por Europa: Cesc Fábregas y Fernando Torres. El catalán era el encargado de sacar a su equipo del mal momento que atraviesa (dos victorias en nueve partidos). El de Fuenlabrada tenía la oportunidad de subir un escalón más en su vertiginoso crecimiento como estrella del fútbol mundial.

A los minutos iniciales de tanteo le siguieron una serie de despistes en defensa por parte de ambos conjuntos que originaron los primeros acercamientos a las áreas de Reina y Almunia. El planteamiento táctico de Rafa Benítez comenzó a surtir efecto pronto. La presión de hasta cinco hombres del Liverpool en el centro del campo sobre Fábregas consiguió borrar del campo al futbolista español durante toda la primera mitad.

A pesar de su dominio del balón, el Arsenal pagó en exceso el acoso sobre su centrocampista y se vio obligado a cambiar su estilo de juego colgando balones al área. De este modo llegaron las primeras ocasiones claras para los locales, ambas en los pies de Van Persie. Un mal remate del holandés y una buena intervención de Reina acabaron con el peligro.

El partido comenzó a romperse en el ecuador de la primera mitad. El primero en golpear fue el Arsenal. La pasividad de toda la defensa visitante, y en especial de Hyypia, permitieron a Adebayor rematar a placer el centro desde la banda derecha de Van Persie para adelantar a los de Wenger. Pero la respuesta del Liverpool tan sólo tardó dos minutos en llegar. Gerrard sorteó todo lo que se encontró por la banda izquierda para servir el balón en bandeja a Kuyt que, con dificultades, terminó haciendo el empate.

Con la igualada, el partido careció de un dominador claro y se convirtió en un encuentro muy parejo con un carrusel de embestidas por parte de ambos contendientes en busca del segundo tanto. La perfecta colocación sobre el terreno de juego de los de Wenger y de los de Benítez provocó que se llegase al descanso con todo por decidir.

El Arsenal maltrata al Liverpool

Tras la reanudación, en la primera jugada Almunia se vio obligado a hacer gala de sus reflejos ante un disparo de Kuyt desde dentro del área pequeña que finalmente atajó el portero español. Como ocurrió al comienzo del partido, el Liverpool entregó el control de la pelota y del partido a su rival, que saltó al campo con un planteamiento mucho más agresivo y más vertical.

La defensa de los "Reds" se defendió como gato panza arriba ante la asfixiante presión atacante ejercida por el equipo local en el primer tramo del segundo acto, y que sirvió para que Fábregas comenzara a tocar más el balón. Con el paso de los minutos, el Liverpool renunció definitivamente a un juego elaborado y se metió atrás con la esperanza de que Fernando Torres, una isla en el ataque, hiciese una de las suyas.

El descaro atacante de los "Gunners" comenzó a tener su recompensa con ocasiones de peligro. Skrtel sacó el balón en la línea tras un remate de Eboué cuando ya se cantaba el gol en las gradas del Emirates Stadium. Acto seguido, Pieter Vink se tragó un penalti cometido por Kuyt. Y sin un sólo segundo de respiro fue Bendtner sorprendentemente el que sacó también bajo palos un disparo de su compañero Fábregas que ya se colaba.

El partido acabó con la impotencia reflejada en la cara de los jugadores locales, que vieron como, a pesar de vaciarse físicamente, no habían obtenido un botín suficiente para viajar a Liverpool con garantías. Los de Wenger están obligados a marcar en Anfield. La otra cara de la moneda era la de Liverpool, que consiguió salir vivo del acoso de su rival y que afrontará la vuelta con la ventaja que le otorga el gol de Kuyt.