El Schalke afila la navaja

De chollo a amenaza, de verse en semifinales a sufrir por los cuartos, de sueño a pesadilla. El Barcelona vive en un estado de esquizofrenia, una permanente montaña rusa en la que el pánico a vivir en la obstrucción mental hace que la cabeza se quede bloqueada y las piernas dejen de funcionar. Europa es muy difícil, muy complicada de por sí como para llegar con dudas y esperar a ver qué sucede. No hay margen de error. Frank Rijkaard sabe que un resultado negativo ante el Schalke 04, más que contra el grupo, iría contra él. Al perfecto gestor se le acabaron los argumentos y la crítica comienza a ser tan feroz que ya nota la soga al cuello. Ayer, una vez aterrizados en Düsseldorf, Rijkaard bromeó con Juan Carlos Unzue con estas palabras: "Me quedan dos días".

Sólo hay un camino para los culés: ganar. Ni siquiera con solvencia, algo olvidado por los azulgrana. La hemeroteca sirve para revisar, e informa de que la últimas goleadas en el Camp Nou (Levante, 5-1, y Valladolid, 4-1) fueron más bien espejismos que refuerzan la teoría de que el grupo está sin pilas. Ahora sólo queda el empuje, el compromiso, la testosterona, algo que muchos dudan que tengan los cracks de este equipo. Ronaldinho, por ejemplo, volvió a quedarse en Barcelona

Refuerzos. En tiempo de miseria y penuria, cualquier carta de amor es recibida como un tranquilizante, un estimulante para la autoestima que ayuda a ver el negro en la tonalidad más fuerte del gris, pero ya no totalmente oscuro. Y eso, en el entorno del Barcelona, se traduce en dos nombres: Gabriel Milito y Rafael Márquez. El argentino regresó de la citación de Alfio Basile con Argentina con una dolorosa y temida pubalgia; el mexicano recibió un golpe en un pie en la ida de los octavos ante el Celtic (2-3) y desde entonces apenas hubo imágenes de su estampa. Milito volverá a comandar el eje de la zaga; Márquez, por el contrario, esperará a que Touré Yaya pida el relevo.

Mientras, en el barrio de Schalke confían en meter mano al Barça. Consideran la baja de Ronaldinho importante para el grupo de Rijkaard. Confían en la fuerza y la austucia de Kuranyi, un tipo alto y fortachón que, si tiene el día, puede acabar de definir el futuro de Rijkaard.

Begiristain se queda 'mudo' por primera vez

El secretario técnico del Barcelona hizo ayer un feo a los medios de comunicación en el aeropuerto de El Prat. El domingo por la tarde visitó el plató de Gol a gol (TV3) para ofrecer la versión oficial ante la crisis que está atravesando el equipo. Alegando que había hablado la víspera, Begiristain hizo un quiebro y se fue del brazo del responsable del departamento de Comunicación. Por primera vez en un viaje del Barça por Europa. Un feo detalle, en un momento delicado. Pese a todo, no fue la única anécdota de la jornada. Los canteranos ofrecían una cara muy diferente del resto. Afectados y preocupados, contrastan con los foráneos, con quienes parece no ir la cosa; incluso hubo alguno que se permitió bromear. Así, el Barcelona llegó a primera hora de la tarde a Essen, donde tienen el hotel de concentración, a unos ocho kilómetros del barrio de Schalke, en la industrial Gelsenkirchen.